Pero qué despistada soy,¡ pues no se me ha pasado contaros que me he marchado a Alicante! concretamente a pasar unos días a la Playa de San Juan, costumbre que adquirimos desde que mi suegra, que en paz descanse, regaló a su hijo, Julio, un pequeño apartamento muy cerquita de la playa. Como el verano no hay quien lo pase aquí por la caló, que diría Mento, y los sofocones de la playa, no sólo por la afluencia masiva de veraneantes, sino por el bochorno de las exhibiciones torácicas femeninas, lo aprovechamos para sacarle rendimiento crematístico, con lo que sufragamos los muchos gastos que se derivan de la propiedad, ya que de otra forma andaríamos embargados, como la mayoría de los españoles.
El caso es que estos días junto al mar nos viene de perlas, ya que al "grandpather" le relaja mucho esta soledad compartida conmigo, después de los veranos familiares que tanto disfrutamos en el campo.
Ya el mismo viaje en coche le ilusiona, conocer los parajes que año tras año contemplamos desde el clio y que los mira como si fueran nuevos, es un regalo para su mirada. Yo, que de memoria aún voy bastante dotada, sé en cada punto del trayecto las palabras que me va a decir, sobre todo cuando llegamos a la zona de los castillos:
¡Mira el de Garcimuñoz!
A mi entonces me entra la curiosidad y apunto en el Blog de papel que siempre tengo a mano: "Buscar en Google", pero luego se me olvida mirar lo apuntado. En el que más se detiene es en el de Almansa: "Aquí hubo una gran batalla y yo que me siento algo Agustina de Aragón, me pregunto si sería contra Napoleón porque no creo que haya algun rincón de España donde no se luchara contra sus tropas, pero como va muy pendiente de la conducción no quiere entrar en detalles y año tras año me dice: "Ya te lo contaré" Así que esta vez decido acordarme de buscar en el navegador. No penseis que soy de la generación de la Logse, que vaaa..., yo estudié Historia de España como Dios manda, seis años de Bacillerato y un Preuniversitario, Preu lo llamábamos, lo que ocurre es que una ha vivido tanto y tan importante que una batalla más o menos se pierde en la nebulosa.
Castillo de Almansa
Y resulta que nada de Bonaparte, la batalla de Almansa fue entre austracistas y borbónicos, o sea la guerra de Sucesión española de la que resultó la corona para los Borbones.
Así pasamos kilómetros, tras kilómetros y castillo tras castillo:
Así pasamos kilómetros, tras kilómetros y castillo tras castillo:
Chinchilla
Villena
Sax
Antes de arribar a Alicante hay algunos castillos más, pero algo alejados de la autovía. Y como ya está bien de castillos yo lo compenso haciéndole observar los hermosos campanarios de las magníficas Iglesias de caseríos, pueblos y ciudades que divisamos, dejando en cada una como nos enseñó San Josemaría, Comunión Espiritual tras Comunión Espiritual:
"Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos"
Recuerdo ahora una anécdota muy simpática del mismo santo cuando viajaba en coche con Alvaro del Portilo y dos más:
"Llegando a Bolonia divisa la silueta de un campanario. Volando con el corazón y con la mente hacia aquel Sagrario lejano, se pone las dos manos junto a la boca, como para darle bocina a su voz y dice con espontaneidad:
"¡ Eh Señor...! ¡Un saludo muy cariñoso, de parte de todos los que vamos en este coche."
(Alas para Volar, Vicente Huerta Sola)
Sólo hay una cosa que no me agrada tanto de este viaje tantas veces repetido, aunque también hay que entenderle, ya que sus raices paternas son alicantinas y por esas tierras ha pasado parte de su niñez y juventud lo que debe alterarle la Milirubina y en consecuencia, se pone altamente cariñoso y me veo obligada a reconducirle antes de que llegue a "pasarse algun pueblo." Yo no sé mucho del Código de Tráfico, pero seguro que está prohibido conducir haciendo manitas u otras cosas... como si en vez de jubilados fuésemos imberbes jovenzuelos del siglo XXI. Tampoco puedo frenarle en seco porque lo paga con una mayor velocidad y no sé que es peor.
Gracias a Dios que cuento con algunas personas que siempre encomiendan nuestros viajes para que lleguemos sin novedad.
Aquí estamos, en la Playa de San Juan:
Ayer y hoy con lluvia y viento, pero siempre abiertas las puertas y el Sagrario de la unica parroquia existente en este lugar:
Y Santa María del Mar escuchando nuestros ruegos y alentando nuestra Esperanza