martes, 28 de abril de 2015

MARTES CON ARCENDO ¿DE DÓNDE SOMOS?


No soy de aquí, ¡SOY DE MÁS ALLÁ!

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Son muchos los vaticinios que preconizan que estamos llegando al final de algo, ¡algunos hasta se atreven a poner fecha al Apocalipsis!...
Yo no me atrevo a tanto; ahora bien, no hace falta ser un experto en el calendario maya para reconocer lo evidente. Los signos empiezan a ser… significativos, valga la redundancia; todo apunta a que, de algún modo, estamos rozando ya, ese tiempo bíblico conocido como “la gran apostasía” que será la antesala del final de los tiempos.
Sin embargo, a pesar de eso, habrá que aclarar dos o tres cuestiones importantes.
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La principal es constatar, que observar la realidad e interpretarla con visión cristiana, no implica pesimismo alguno.
La Escritura, en muchas ocasiones, nos anuncia -el fin-, como algo cercano incluso a los contemporáneos de los evangelistas; me imagino que simbólicamente; sin embargo pienso que otras veces, lo hace deliberadamente pero, de un modo mucho más... profético:
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"Los hombres serán egoístas, amigos del dinero, altivos, orgullosos, blasfemos, rebeldes, ingratos, injustos, inhumanos, enemigos de todo lo bueno, traidores, más amigos de los placeres que de Dios" (2 Timoteo 3.2.4).
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Es posible, muy posible que ese tiempo que le anunciaba San Pablo a su amigo Timoteo, esté llegando ya. Basta, como dije antes, observar lo que hay alrededor.
Bien es cierto que, en otras épocas de la humanidad ha habido momentos de grandes abjuraciones, pero no a esta escala, no con esta vehemencia.
Hoy, más que nunca, hemos escondido a DIOS. Hemos apartado sus imágenes y sus símbolos. La humanidad ha vuelto a forjar nuevos becerros de oro, duda y se ríe de su Creador como pocas veces lo ha hecho; y lo peor es comprobar que si la fé está fría, la caridad está congelada.
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Sin querer ser catastrofista, sin perder una pizca de Esperanza, habrá que reconocer que, incluso este verano, se están viendo cosas…, hace unos años absolutamente impensables. La pérdida de valores, ha sido brutalmente exponencial,
En la tele, alguno de esos programas nocturnos son una ventana al mundo que certifica lo que decimos:
Aparecen hombres y mujeres, que a pesar del paro y de todos los males del mundo, ¡viven para la juerga!, una juerga interminable, continua, hasta que el cuerpo aguante la última copa o la penúltima “pasti”.
¡Cuánto me recuerda eso a aquella vieja frase, acuñada seguramente en las antiguas orgías del imperio romano: “comamos y bebamos, que mañana moriremos”!; en realidad las similitudes son tantas… Juerga total, juerga ¡hasta la muerte! (¿Verdad, Ami?),
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Nos lamentamos, con razón –y mucho- de la matanza de Oslo; sin embargo estamos tan ciegos, tan confundidos que no sabemos ver esta impresionante muerte lenta que es la deshumanización del hombre.
¿Por qué no mencionar la increíble moda suicida del balconing?, ¿Por qué no hablar, de que muchos ya se han entregado irremisiblemente, y por entero, a todos placeres la carne y a la vanidad?
Se les ve por las playas, por los chiringuitos, por las discotecas, son la vanguardia de lo que hay, y el “ejemplo”, el modelo a seguir, la envidia de muchos. Muchos de ellos, sin pudor alguno, muestran sus cuerpos absolutamente desnudos, sin darse cuenta que el gran vacío lo tienen dentro.
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¿Es el fín de todo?...,Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” Mateo 24:36
Por lo tanto…, ante la evidencia de los hechos, pero también, ante la incertidumbre exacta del momento, ¿Cuál debe ser la actitud de un cristiano en esta hora del mundo?
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¡Siempre confianza en DIOS!; así en la certeza de que DIOS es padre, no puede caber miedo alguno, ni tampoco pre-ocupación ante lo que no ha llegado.
Solo hemos de seguir trabajando para hacer posible su Reino, intentando rescatar para el AMOR, a todas las almas que pasen por nuestra vida, para mayor gloria de DIOS.
Aparentemente, el hombre de este siglo, parece que está abocado al fracaso, sin embargo, como aviso, el Evangelio nos dice:

“El que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra...” (Jn 3,31-36)

Y de este texto evangélico podemos sacar la conclusión clara, que hoy, el mundo tiene su propio lenguaje, y el nuestro debe ser…radicalmente distinto.
La Palabra pues, nos invita a dejar de ser “terrenales”, porque el Reino que nos está reservado, no es de este mundo.
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La gente “de la tierra”, aborta para gozar, se divorcia para gozar, defrauda para gozar, roba para gozar, miente…. para seguir gozando; ¡Y se equivoca!, eso es una huida hacía la nada, en la que en realidad el goce, es tan efímero, que a veces, nunca se disfruta.
El hombre "del mundo" se equivoca porque la felicidad, el verdadero gozo, no está en el disfrute egoísta sino en el bien del otro, como hizo nuestro modelo, “Aquel que viene de arriba”.
¡Cortemos las cadenas del mundo, nuestro destino está donde no las hay, nuestro destino está mucho más alto!
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Para terminar he de decir que todo este post, me ha venido inspirado por el recuerdo de Facundo Cabral, que ha puesto en mi cabeza, mi querida amiga María del Rayo, con un post precioso, que hizo hace unos días, en homenaje al reciente fallecimiento del artista. (Ver enlace)
Concretamente, a este post, le viene como anillo al dedo, esta canción que podéis oír a continuación.
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3 comentarios:

Rosa dijo...

Precisamente de esto hablamos el otro día en la cena de primos, recordé muchas de las cosas que decía Hoja. Estoy de acuerdo totalmente.

Espero que estés tranquila. Mucho ánimo que ya sabes que son muy buenas las infiltraciones.

Besiños de martes, querida amiga.

Rosa dijo...

Besiños y mucho ¡ánimo!!!

Rosa dijo...

Besiños.

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