Hay dos domingos en el año que la Iglesia llama de alegría: uno es el Tercer Domingo de Adviento y otro el Cuarto Domingo de Cuaresma, es decir en el que hoy nos encontramos.
Se denomina de esta manera porque la Liturgia dominical comienza con la palabra: Laetare, "Alegrate", con ella se nos invita a estar alegres, con una alegría espiritual, en medio del sentido penitencial de Cuaresma, alegres porque llega nuestra Redención, porque la Pascua, nuestra Pascua se aproxima.
Antífona de entrada
"Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamareis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos."
La oración de la Antífona de entrada, siempre me ha gustado mucho, sobre todo porque ayuda a introducirnos y centrarnos en el Santo Sacrificio del altar, sin embargo no todos los celebrantes suelen leerlas, sino que muchos la sustituyen por una especie de "bienvenida" personal.
Con esto no critico, ya que no es una parte esencial de la Misa, sólo digo que son palabras de la Escritura muy adecuadas y elegidas para cada celebración y particularmente lo prefiero, de la misma manera que me gusta y ayuda el rezo del Confiteor, "Yo pecador," que por lo general hoy se suprime y pasa directamente al "Kyrien Eleison." Supongo que se contará con licencia para ello, pero simplemente digo lo que pienso.
¡¡¡Feliz Domingo de Alegría para todos!!!
1 comentario:
¡Feliz domingo, Militos! Gracias. Cada vez aprecio más las palabras de la Liturgia.
Iba a descansar del blog unos días, pero después de la Misa, sentí que no. Renovada. Con alegría.
Besiños,y muchos...
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