Hoy celebramos la festividad de estos grandes santos que vivieron una época tormentosa en su país de origen, dando testimonio de Fe hasta perder su propia vida. Por eso podemos considerarlos de actualidad para estos momentos que está viviendo el Mundo y nosotros con él, particularmente en nuestra querida España que, como en su día vaticinó un vicepresidente socialista, para más señas Alfonso Guerra:
"A España no la va a conocer ni la madre que la parió."
San Juan Fisher y Tomás Moro, con cargos importantes en la Inglaterra de Enrique VIII, el primero Obispo de Rochester y Tomas Moro, Canciller del Reino, tras años de prisión, fueron decapitados en 1535 por oponerse al Rey en su pretensión de que se aceptara la nulidad de su matrimonio con la Infanta española Catalina de Aragón.
Mi pregunta es ésta:
¿Qué riesgos somos capaces los españoles de hoy para enfrentarnos a todo aquello que se opone y ofende nuestra Fe y Doctrina católica ?
No hace falta enumerar la cantidad de ofensas, aberraciones y crímenes como el ABORTO se están cometiendo en nuestra patria al amparo de gobiernos y leyes. Ya no sólo contra la Ley de Dios, sino contra la propia Ley natural que todo hombre lleva impresa en su propio ser.
¿Cuánto abuso, mentiras, fraudes, y tergiversaciones tenemos que sufrir en aras de una convivencia que ya se nos está haciendo imposible de soportar?
Por eso, quiero recurrir a estos dos grandes santos y mártires que hoy celebramos, para que podamos seguir su ejemplo de fidelidad a los principios de una Fe que por obra del Espíritu Santo recibimos en el Bautismo.
Nos están acorralando, no sólo en España, sino en toda Europa, pero no podrán con nosotros, la VERDAD está contigo, conmigo y con todos los españoles de buena voluntad que sabemos que el Reino de Cristo no es de este mundo, pero que es aquí, en el Mundo, donde hay que ganar ese reinado, con la perseverancia en nuestros principios inalienables y dando la cara por ellos siempre que sea preciso, como hicieron nuestros propios mártires de 1936.
A ellos también nos encomendamos, pidiendo fortaleza y valentía para conseguir que en nuestra querida España: "Vuelva a amanecer," cueste lo que cueste.