lunes, 3 de julio de 2017

EJEMPLO DE CASTIDAD Y FE

 
 
 
 
 Al hilo de los festejos ocurridos la semana pasada en Madrid, viene bien traer a nuestro recuerdo la semblanza de un santo mártir, celebrado por la Iglesia el pasado 26 de junio. Se trata de San Pelayo o Pelagio., un adolescente de 14 años que murió en defensa de su castidad.
 
Pelayo, nacido en Galicia, fue educado por su tío Hermigio en Tuy, Obispo de dicha ciudad, En el año 920 acompañaban los dos a la Reina de Pamplona y a la corte del Rey de León que fue atacada por Rahanán quien los apresó y llevó a la cárcel de Córdoba. 
El Obispo  fue liberado, pero Pelayo permaneció cuatro años como rehén, ya que su tío no pagó el rescate por él. Durante su encarcelamiento comenzó a destacar por su inteligencia y una profunda fe que le llevaba a hacer proselitismo de Cristo, hasta tall punto que llamó la atención de Abderramán III quien intentó por todos los medios que se convirtiera al Islamismo, pero su única respuesta era:
 
"Sí, Rey, soy cristiano y lo seré siempre por la gracia de Dios. Todas las riquezas no valen nada. No pienses que por cosas tan pasajeras voy a renegar de Cristo que es mi Señor y tuyo también, aunque no quieras."
 
 
El Califa, atraído por su figura, intentó por todos los medios que cediera a sus peticiones carnales y al no conseguir doblegar su virtud  le hizo martirizar y finalmente le condenó a muerte por desgarramiento de todos sus miembros. Así este joven de tan sólo catorce años entregó su vida, el 26 de junio del año 925 en una muerte cruel y desgarradora, antes que perder su Castidad y su Fe, para ejemplo de tanta impureza y aberraciones que a las que se entrega el género humano.
 
 
Juan Soreda, retablo del Martirio de San Pelayo.
altar mayor de la iglesia de Olivares del Duero
 
Retablo del Martirio de San Pelayo, de Juan Soreda,
Su restos fueron arrojados al Guadalquivir y recogidos por los cristianos de Córdoba, trasladados al cementerio de San Ginés y su cabeza a San Cipriano. En el año 967, reinando Ramiro III, fue trasladado al Monasterio que s lleva su nombre en León , para reposar finalmente, entre 984 y  999, en Oviedo, donde se venera en el Monasterio de la Monjas Benedictinas de San Pelayo. Un hueso de uno de sus brazos se conserva en Santiago de Compostela en otro Monasterio de monjas benedictinas.
 
Fue canonizado, por "Martirio y en defensa de su fe."
 
Comenzó a recibir culto a partir del siglo XI y numerosas localidades españolas llevan este nombre de San Pelayo, incluso una de Colombia.
 
Dados los tiempos que corremos no estaría de más encomendar la juventud a este joven y gran santo.
 
 
San Pelayo, ruega por la juventud
de España y del mundo
 
 
 
 
 


2 comentarios:

Rosa dijo...

El monasterio de San Pelayo guarda mucho significado para mí.
Un gran Santo.
Que así sea.

Mi querida Militos, BESIÑOS, muchísimos ...

Militos dijo...



Querida Rosa, yo estoy bien, pero tenemos algunos problemas, salimos de uno y entramos en otro, a ver si puedo escribirte.
Estoy muy cansada de todo.

Besiños a montones

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