Mi corazón y mi vida siguen de luto y seguirán hasta que un predestinado se haga cargo del gobierno de España y derogue la LEY DEL ABORTO, de España y del mundo, sin embargo ayer hubo algo nimio, si se quiere, que me levantó la ilusión y que a pesar de no ser más que una anécdota lo quiero contar.
Estoy contenta y quiero animar a los que, como yo, dudamos a veces de la efectividad de nuestros gestos minoritarios, frente al poder de la mayoría.
Traigo a colación la frase que encabeza el blog
LA HOJA DEL ARCE y que pertenece a Teresa de Calcuta:"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota"
ESTOS SON LOS HECHOS:
Ayer, sábado, en apoyo a la concentración convocada por la Federación de Asociaciones Pro Vida frente al Senado, en contra de la Ley del Aborto, coloqué en mis ventanas, cómo sugirió HAZTE OIR, la bandera de España con un lazo negro. Estaba segura de que iba dar lugar a falsas interpretaciones por el hecho de coincidir la aprobación de la fatídica Ley del Aborto con dos ¿acontecimientos? nacionales: El partido de España contra Paraguay y la fiesta del Orgullo Gay, en la que por cierto hemos invertido todos nosotros la friolera de medio millón de euros.
Tengo la suerte, inconveniente a la hora de dormir, de que mis ventanas, a pesar de ser un quinto piso, caen frente a un semáforo muy concurrido, un cruce de cuatro vías, por lo que los peatones que aguardan para cruzar, sin querer, se fijan en ellas. Una de mis hijas coincidió en dicho semáforo con varias personas, entre ellas dos matrimonios, los maridos criticaban mi bandera diciendo que el lazo negro vaticinaba la pérdida de España, otros opinaban que era la repulsa de los gays. hasta que una de las mujeres dijo:
"Pero qué incultos sois, eso es por la ley del Aborto"
Mi hija no se pudo callar y alegó:
"Muy bien señora, así es, esa es mi casa y la bandera es nuestra"
Entonces todos los que aguardaban la luz verde para cruzar respondieron:
"Bien, muy bien colocada, eso deberíamos hacer todos."
Se trata de una pequeñísima anécdota, pero no deja de animar y aumentar la seguridad de que nuestra lucha ha de ser así, de "a poquitos", como digo yo, y de no cejar en el empeño. Aunque pueda parecer que nos derrotan, la verdad es que ganamos haciendo lo que tenemos que hacer, seamos pocos o muchos. Esto no es más que un pequeño muestreo, en un semáforo concurrido, pero ayuda a afirmar que la inmensa mayoría de los españoles están en contra del aborto, por mucho que los políticos, que cada vez representan menos la democracia definida como el poder del pueblo, voten a favor.
ESTE PARTIDO DE LA VIDA FRENTE A LA MUERTE LO VAMOS A GANAR