COSAS DE LA EDAD III, LOS LIBROS

 

 

 

 

 

Una de mis aficiones favoritas es la de guardar  esas hojitas del calendario que me dicen "algo" para esos momentos en quiero, necesito, relajarme convenientemente y no me apetece acometer grandes o monótonas labores del día a día. Ni que decir tiene que este almacenamiento llega a ser excesivo, menos mal que son pequeñas y no ocupan mucho espacio.

 

Hoy encontré una de ellas del año 1998, como me ha parecido interesante me gusta para trascribirla a este "De Dentro" de mis entretelas. Espero que también os diga "algo" a los que lo leáis porque expresa mucho más de lo que yo pueda decir sobre Los Libros, a pesar de que siempre han sido mi pasión.

 

Este breve escrito es obra de Eduardo Caballero.

 

 

 

 

LOS LIBROS, ALGO MÁS QUE COSAS

 

Los libros son algo más que cosas. Aunque estén muertos por haberlos leído, aunque nunca volvamos a leerlos, aunque ya no sean más que esas cruces anónimas de los cementerios de guerra, constituyen parte entrañable de nosotros mismos. Son nuestra memoria perdida y nuestra historia sin porvenir.

 

Unos los recibimos en herencia, por lo cual entre sus páginas debe de encontrarse una flor disecada o una polilla muerta, el espíritu que animó a nuestros padres y a nuestros abuelos.

Otros nos atropellaron y nos asaltaron en las librerías. A otros los rescatamos de las tiendas de los anticuarios y en las librerías de viejo.

Otros nos fueron obsequiados por amigos ya muertos y llevan su dedicatoria en la primera página.

A otros los perseguimos por el mundo entero hasta dar con ellos en ciudades olvidadas y por tanto tal vez desconocidas, donde jamás soñamos encontrarlos.

 

Todos ellos, con mayor razón que los seres de carne y hueso que nos vieron nacer, crecer, madurar, envejecer, leer y escribir, han de vernos morir cuando ya no seamos sino un libro desencuadernado y amarillo, de título borrado e indescifrable por la humedad y que tragaron las polillas y el comején.

 

Eduardo Caballero