He leído una anécdota de la que podemos sacar una enseñanza muy necesaria para los días que vivimos.
La cuento:
Un conferenciante recibió el encargo de dar una charla en un colegio, los oyentes eran ochenta chicos y chicas de dieciseis años. Para atraer su atención, decidió comenzar con dicha anécdota:
"Acabando la Segunda Guerra Mundial, en un campo de concentración nazi situado en Polonia, se escuchaban los disparos de la artillería rusa avanzando. En el campo de concentración se notaba nerviosísmo y una frecuente salida de vehículos. Al amanecer, los reclusos vieron que no quedaba ningún carcelero y que todavía no habían llegado los rusos. Tras unos minutos de desconcierto y viendo que no quedaban alimentos, el grupo, en el que se encontraba una chica de doce años, cuya familia había sido asesinada, se dirigió al pueblo más cercano. LLegaron a la estación de ferrocarril y encontraron el caos propio de la situación; nadie sabía cuando llegarían los trenes, ni con qué destinos.
La chica, en ayunas y sin fuerzas, se sentó en el suelo agotada. Poco después se acercó un chico joven con un té caliente y se lo ofreció a la muchacha. Después, ese mismo joven, volvió con pan y algo de queso; mientras, le ofrecía agua para que pudiera digerir el alimento. pasado un tiempo, se escuchó un tren que llegaba y el grupo de prisioneros liberados se subió a él. En esas horas la chica y el joven se habían contado mutuamente retazos de sus vidas.
En el año 1978, la chica era una señora que vivía en Jerusalen. Leyendo la prensa se enteró que había sido elegido Papa un cardenal polaco de nombre Karol Woityla.
¡Esa es la persona que me ayudó al salir del campo de concentración!
La noticia trascendió a los medios de comunicación y se hizo público el suceso".
Al terminar el relato, una chica interrumpió la charla para preguntar:
¿Ese chico por qué hizo eso?
El conferenciante quedó perplejo con la pregunta, tardó en responder y contestó:
_Por ayudar a una persona necesitada.
La respuesta de la adolescente no pudo ser más reveladora de lo que pasaba por su mente:
_¡Pues vaya ganas de meterse en líos!
METERSE EN LÍOS
Esto es algo que el mundo de hoy nos está pidiendo a gritos. Este mundo donde parece que sólo nos preocupa la crisis económica, que no es que yo la ignore o menosprecie los problemas familiares que hay detrás de las listas de paro, pero lo que está claro que tarde o temprano, más bien tarde, la economía saldrá adelante de una manera o de otra. Sin embargo, la profunda crisis de valores que también estamos viviendo, esa no se va a solucionar tan facilmente. Y no me refiero ya a valores morales ni religiosos, sino a simples valores humanos como la generosidad, la compasión por el sufrimiento de los demás, el deseo de prestar nuestra ayuda al que lo necesita, nuestra compañía al que está solo...
Todo eso que muchos no nos decidimos a hacer por no METERNOS EN LÍOS.
Hay que meterse y hay que enseñar a los hijos a meterse, desde pequeños. Enseñarles con el ejemplo, acompañándoles a visitar enfermos, a los Hospitales de Niños, a las Residencias de Ancianos. Enseñarles a ser generosos con su tiempo, que no les importe dejar la PLAY o el PC, para hacer un rato de compañía a los abuelos... Aunque la verdad, lo más corriente hoy día es que sean los abuelos quienes les acompañen a ellos mientras los padres trabajan.
Hay infinidad de detalles donde los hijos pueden ir ejercitando ese METERSE EN LÍOS, tan necesario para esta sociedad despiadada que estamos creando. Es cierto que también proliferan las ONG que colaboran en misiones de todo tipo muy loables, pero la aportación individual nuestra y de los jóvenes que tienden al "Sálvese quien pueda", es imprescindible para nuestra realización personal y la de nuestros hijos.
Todo eso que no nos gusta de nuestro alrededor no se arregla con las protestas y los gruñidos, ni con las críticas a los políticos, se terminará arreglando con la oración sí, con la ayuda de Dios y con nuestras ganas de
METERNOS EN LÍOS
5 comentarios:
Genial la moraleja, Militos. Cuánta falta nos hace 'meternos en lios'. Si san Pablo hubiera pensado igual que esa adolescente, ¿donde estaríamos ahora?
Desgraciadamente hoy vivimos en una sociedad que piensa así, ayudar es meterse en líos, aunque a veces sea cierto.
Saludos
Es que Karol Wojtyla era un hombre comprometido y con gran valor desde su juventud.
Muy buena entrada.
Excelente post, es lo que necesitaba...gracias!
Genial, ojala DIOS nos dé muchos lios donde meternos...
Con este post de los lios, no puedo dejar de acordarme de la preciosa VIRGEN DE LOS NUDOS, que nos enseñaste; con esa aliada que desata los lios que nos metamos, quien ha de temer meterse en lios.
OFF TOPC. ¿QUE TAL EL CATARRO?, cuidate que me haces falta...
BESIÑOS LIOSOS.
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