sábado, 14 de julio de 2012

LA MADRE

Fragmento de la pintura de Caravaggio: "Descanso en la Huída de Egipto


Este cuadro de Caravaggio me ha enternecido de manera muy especial, muestra la maternidad de María en su aspecto  más humano, ese lado que, sabiéndola Madre de Dios, nos acerca a su corazón de Madre volcada con su hijo, entregada a él de forma instintiva, como es privativo de todas las madres, algo que no se aprende que se va forjando día a día durante esos nueve meses de embarazo.

 Esa maternidad humana de la Virgen representada en la pintura, es la misma con la que nos acoge a todos sus hijos, engendrados, por voluntad de Dios hecho hombre, en el Monte Calvario, en un parto desgarrador en el que Jesucristo daba su vida por nuestra salvación. Su madre no podía morir con Él, aunque motivos tenía para ello, porque allí, ante la Cruz, acababa de engendrar una multitud de seres indefensos que através de los siglos buscaríamos en Ella el cobijo, la protección y la senda más corta para llegar a Jesús.


Dicen que Caravaggio pintó este cuadro cuando era un joven que daba sus primeras pinceladas en Roma, después de su paso por Milán, abriéndose camino entre los grandes pintores de la época.

 Esta es la obra completa:



 Donde el angel con su manto blanco contempla la partitura musical que sostiene en sus manos San José y que en el cuadro a tamaño real, se aprecia que se trata de un motete sobre el Cantar de los cantares, lo que simboliza una música celestial muy propia para el descanso de tan ajetreado viaje.

La manera de representar el paisaje tras los personajes, que en sus obras posteriores desaparecería para magnificar a los protagonistas, recuerda por la técnica, a los paisajes de Leonardo da Vinci a quien él pudo admirar en su etapa de Milán. Es una pintura extremadamente realista, ya que hasta la figura del ángel parece carnal, en la que no podía faltar el asno empleado en la Huída de la sagrada Familia. Sin embargo,  lo que, hoy sábado me ha llevado a traerla al blog es, como vuelvo a subrayar, la figura de María, cansada, agotada del viaje, pero totalmente entregada a su maternidad, en la que ha desaparecido todo vestigio de intervención divina, como en realidad sería contemplada por sus congéneres.
San José y el Ángel están velando a la Madre y al Hijo  


A esa maternidad humana de María, me gustaría hoy acercar a todos para llegar, por Ella y con Ella, a la contemplación de Dios.




4 comentarios:

Mento dijo...

Gracias por esta intención tuya tan generosa. A mi me encanta esta obra Mili.
besitos corazón.

Militos dijo...

Muchas gracias, Mento, por tu constancia y perseverancia en este verano de ausencias.
Un beso grandote

gosspi dijo...

Que preciosidad de cuadro Militos....te contesto porque se retrasa el viaje..y he pasado un ratito por mis blogueros.....Es asi como me refugio en Ella tantas veces, como ese chiquitin acurrucado...Es mi descanso Militos, Ella me conoce tan bien...sabe de mis miedos y mis ansiedades, y de un plumazo me deja llena de Esperanza y buen hacer....es mi Madre!! y con Ella tengo abierta la Puerta del Cielo para poder entrar desde YA!un beso

ARCENDO dijo...

Precioso y como dices.. enternecedores cuadros. Que acompañados por tus palabras, me ayudan a mirar y a rezar a la Madre, a la mamita, y pedirle por mi, por tí, y por todos lo que como nosotros necesitamos tanto de ALEGRIAS Y ESPERANZAS.
besiños de compañia veraniega.

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