martes, 20 de marzo de 2012
CON ELLA, TAMBIÉN, EN LA VIA DEL DOLOR
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“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancarlo plantado..."
¡Cuántas veces habré leído este capítulo del Eclesiastés!; es como si tuviera un imán para mí..., vuelvo a el con frecuencia.
La primera vez que lo oí, fue de labios de mi querido tío Joaquín, el que decía de sí mismo que era ateo. Ciertamente un ateo muy particular, un tipo en continua búsqueda que acabó contagiándome el gusto y la pasión por la Biblia. Dios lo bendiga.
Pero..., ¿de qué nos está hablando el Eclesiastés en este pasaje, en concreto?
Yo creo que... de oportunidades..., y es que cada día está lleno de oportunidades, sin embargo, unas veces no las sabemos ver, y otras... las eludimos, las huimos porque vienen disfrazadas de problemas, de enfermedades, de distintos acontecimientos que no entendemos.
Actualmente, para muchos de nosotros no son momentos fáciles, tiempos de especial dureza que hacen temblar los cimientos de la fe de muchos. Tiempos de preguntas:
"¿Por qué?, ¿Para qué, DIOS mío, permites tanto?, ¿hasta cuándo?
Sin embargo, todos estos contratiempos... aun algunos terribles, no dejan de ser maravillosas oportunidades de crecimiento; ¡solo nos hace falta LUZ para verlos así!
Efectivamente el Libro dice que "Hay un momento para todo”, por eso creo que esta lectura y la puesta en marcha de la misma... nos tiene que activar esta CUARESMA.
La Cuaresma no es un momento cualquiera sino una oportunidad excelente, un tiempo muy valioso para detenernos y analizar el sentido de nuestras vidas y la calidad de nuestra relación con Dios.
Propongo pues... que hagamos de esta Cuaresma una experiencia única para pedir LUZ, que este sea un tiempo de iluminación especial en este mundo oscuro, un tiempo donde podamos descubrir el sentido final de la misma Cuaresma, que no es otro que, ir irremisiblemente camino hacía LA CRUZ, porque así tiene que ser..., Su gran enseñanza fue que AMOR Y SACRIFICIO van parejos. Por eso pido LUZ...
Luz para ver oportunidad en todas las vicisitudes, sufrimientos y situaciones difíciles.
Luz para sentir que incluso en el silencio y en la soledad, El siempre nos espera.
Luz para aceptar con docilidad los tiempos de DIOS.
Luz para escuchar las palabras de Jesús a San Pablo: “Mi gracia te basta”
Luz para, en nuestra tribulación, buscar a aquella singular Madre, que desde su humildad y confianza ejemplar, dio a luz a la misma LUZ DEL MUNDO.
María Santísima es la amorosa consoladora en todos nuestros dolores, los físicos y también los morales. Ella sabe de penas, porque también ha sufrido, desde Belén al Calvario. María es nuestra Madre, la madre que comprende y consuela...
¡Cojamos su mano, y no la soltemos! caminando a su lado POR LA VIA DOLOROSA todo cobra sentido; el dolor no es angustia, es esperanza.
Estamos en tiempo cuaresmal y como diría el Eclesiastés: "Hay un momento para todo", pero... este tiempo más que nunca, es tiempo de.... MARÍA.
...
3 comentarios:
Es la pura verdad lo que dice. Me gusta mucho esta cita del Eclesiastés, también la leo con frecuencia.
Besiños, querida Militos.
Espero que te encuentres bien.
Que bonito se expresaba Arcen.
Muchas gracias!!
Muchos besiños en el Día del Libro para una escritora y amiga maravillosas.
¡Feliz día, mi querida Militos!
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