VIENTO HURACANADO

 

Una bonita mañana la de este 21 de mayo, es verdad. Hubo mucho viento, pero me gusta cómo trae y se lleva las nubes, cómo agita las hojas de los Árboles, aviva los aromas de las flores.

  Me gustaría tanto ese viento dentro del alma, un ventarrón que arrastrara las nubes que a veces no me dejan ver el Sol.

   

 

Ahora comprendo. ahora entiendo por qué aquel día, reunidos en el Cenáculo los Apóstoles con María, antes del fuego del Espíritu Santo, llegó  un viento fuerte que arrastró todos los miedos y las dudas que los atenazaban. Era necesario aquel viento para que se posaran sobre ellos las lenguas de fuego del Amor.

 

Llegue a mi alma , apresada en  este cuerpo cansado, ese viento huracanado que cargue con el lastre de todos estos años de peregrinaje que ya pesan en mi ánimo.

 

Señor, llega a mi alma, a esta alma tan gastada, como viento que arrase, que avive el fuego del Espíritu Santo. Tú tienes en las palmas de tus manos mi alma,  todas las almas, aviva el fuego de tu Amor.

 

La mañana fue bonita y el anochecer apacible.

 

 

 

"Todo lo que viene de Dios es apasionante, la Creación entera"