DESPUES DE LA TORMENTA

 

La naturaleza es como la vida misma, después de la tormenta, el campo, aunque no veamos el Arco Iris, nos brinda su mejor olor y color.

 

Hoy, al finalizar los relámpagos y los truenos que contemplábamos desde el porche, que más que agosto parecía ya preludio del otoño,  todo reverdecido por la lluvia, me vino a la memoria aquel fragmento del poema de José Hierro que tanto y tanto he releído en tiempos pasados, cuando el poeta, fallecido en el año 2002, me ganó  para siempre. Vi que me entendía  que sentía la vida en sintonía con mi pensar y sentir.

 

(...) Después del dolor

y después de la pena,

es cuando da la vida

sus más bellos colores.

 

 

 

Busto de José Hierro

que se encuentra en San Sebastián de los Reyes (Madrid)

 

De su libro Alegría

(Premio Adonaís de 1947)   Llegué por el dolor a la alegría. Supe por el dolor que el alma existe. Por el dolor, allá en mi reino triste, un misterioso sol amanecía.           Era la alegría la mañana fría y el viento loco y cálido que embiste. (Alma que verdes primaveras viste maravillosamente se rompía.)           Así la siento más. Al cielo apunto y me responde cuando le pregunto con dolor tras dolor para mi herida.           Y mientras se ilumina mi cabeza ruego por el que he sido en la tristeza a las divinidades de la vida. José Hierro.   Melancolía que me trajo  la tormenta, la lluvia y el campo. Mañana se me pasa, vuelven los nietos