EXTRAÑO DOMINGO

 

Un domingo  extraño, extrañísimo, ya que por culpa de los elementos no pudimos asistir a Misa, algo incomprensible y aunque parezca increíble fue por inspiración divina.

 Para que me entendáis, os aclaro los detalles:

 

En este lugar de la Mancha donde transcurre nuestro verano,  tenemos un párroco que atiende cinco parroquias por lo que sólo los días festivos viene a celebrar la Eucaristía  a las 12, pero, como alguna vez ya he contado , para acceder  a Iglesia hay que subir 50 escalones de piedra que parecen el doble y que no siempre mis piernas están dispuestas a ello, en esas ocasiones solemos acudir a las 8 de la tarde a la localidad a la que pertenece nuestra pedanía.

En eso estábamos, ya arreglados por dentro y por fuera, cuando en un abrir y cerrar de ojos, el cielo, después de un día espléndido, solazo y piscina, comenzó a cubrirse de unas negras nubes para mí algo sospechosas, no es que las nubes me atemoricen, pero no hace muchos días disfrutamos de una tormenta truculenta, mejor dicho de dos al mismo tiempo, ya que  nuestro lugar se encuentra entre dos sierras la del Guadarrama y Navacerrada y en esa ocasión relampagueaban y tronaban al unísono, algo que nunca había visto, con lluvia y viento  animando el  panorama. De ahí que los nubarrones de hoy me alertaran. 

 

Precisamente el domingo anterior, al regresar de esa misma Misa, teníamos un anochecer espléndido, tanto que la que suscribe, enemiga acérrima de los retratos, motivo por el que siempre me anticipo a los demás a tomar la cámara, volvía tan animada que consentí en posar de aquesta guisa

 

 

Sigo con el rollo para que nadie piense que mi voluntad era tan débil que intentaba disculpas para faltar al precepto dominical... 

Nuestra casa de campo está a unos 7 Km del lugar al que pertenecemos, con una carretera que debido al parcelado lo  que podía ser una línea recta se convierte en curvatura desmesurada, donde ya tuvimos un siniestro total al volcar nuestro coche por tres curvas seguidas,  por entonces ni iluminadas estaban con esos carteles que suelen anunciarlas. Gracias a Dios no hubo ningún accidentado (mi nieto de unos 7 años, decía a la Guardia Civil que nos atendió: Y eso que rezamos a San Rafael antes de arrancar).

 

 En la tarde de hoy, entre las dudas, rememoré aquello y fue como una inspiración  de Dios: "Julio no me atrevo a que cojas el coche". Fue pronunciar esas palabras y levantarse un ventarrón que hacía temblar a los árboles más altos... A los cinco minutos rayos y centellas corroboraban mis temores, Julio no paraba de decir:

 "Gracias, Militos, gracias Militos por tu inspiración, si ya decía yo que tienes algo de vidente."  Jajaja...,vidente yo, gracias, gracias a Dios que nos inspiró faltar hoy a la Santa Misa.

 

¿Os parece un contrasentido  que Dios inspire algo semejante?

No quiero pensar si la lucha contra   los elementos hubiéramos tenido que librarla en plenas curvas. Si, Dios mío y Señor mío:

 

 "Tú que dispones de Cielo y Mar, haces la calma y la tempestad, ten de nosotros, Señor piedad..."

Pasadas algunas horas todo se fue atenuando, el cielo parecía iluminarse

 

 

Y, como en una melodía impromptu, el sol intentaba una fogosa despedida de este extraño domingo,30 de agosto;

 Julio lo contemplaba agradecido