Aún no ha terminado, ni sabe Dios cuando terminará ese proceso donde se declara el martirio de tantos sacerdotes, religiosas y seglares que perdieron su vida sólo por confesar su fe, en la Cruzada de España, durante la Guerra Civil de 1936-39.
Hace unos días el Papa Francisco ha mandado promulgar el Decreto de Martirio de los Mártires de Almería, por lo que el Obispo de dicha región ha enviado una carta a sus fieles comunicando la gran alegría de esta noticia. Alegría de la que somos partícipes el resto de España porque a la tristeza, al dolor, de aquella persecución masiva contra todo lo religioso y cristiano que llevó a la muerte a tantos por el sólo hecho de manifestar tu fe, de no querer renegar de ella, de "Dar a Dios lo que es de Dios," se une ahora, después de ochenta años, la dicha de que la Iglesia reconozca su santidad en forma de martirio.
Nos reconforta, nos da fuerzas, nos estimula para sobrevivir cristianamente ante tantas injurias, aberraciones y sacrilegios que en todas partes de nuestra España hoy día se están cometiendo.
El Obispo de Almería, Monseñor, Adolfo González Montes, explica en su carta como se va a promulgar el Decreto de Martirio de los Siervos de Dios José Álvarez Benavides y de la Torre, siendo Deán de la Catedral de Almería y de 114 compañeros mártires muertos por odio a la fe, de 1936 a 1938.
Junto al Deán José Benavides, se suman 94 clérigos más, sacerdotes diocesanos, algunos franciscanos y operarios diocesanos además de 20 seglares, de los cuales dos son mujeres, se dará a conocer sus nombres cuando se promulgue el Decreto de martirio.
Damos gracias a la Iglesia Católica, a Su santidad el Papa y a cuantos trabajan en estos procesos de beatificación de tantos y tantos mártires de España que dieron su vida por amor a Cristo, por no renunciar a su fe, eligiendo la muerte antes de negar al Señor. Él los unió a su Cruz para la redención del mundo.
Palabras del Obispo de Almería.
Monseñor Adolfo González Montes
La sangre de los Mártires, reconcilia y redime, nunca divide ni ofende porque es sangre de paz reconciliadora. Su muerte no fue buscada ni pretendida, sino padecida por amor a Dios y a los hombres.
Sangre de España, de españoles, la mayoría en plena juventud que nos han dejado un magnífico ejemplo de vida cristiana sin reservas, sin anteponer nada, ni la propia vida, al amor de Dios.
Sangre que en estos momentos duros para vivir la fe, nuestra fe en Dios y en todo lo sagrado, estamos llamados a dar testimonio de ella, y a defenderla sin miedo alguno, con la vida si preciso fuera
3 comentarios:
Siempre he opinado, que el martirio por defender tu propia religión, es un acto de valor. Otra cosa es que uno ya se harta de aguantar a revanchistas y de poner la otra mejilla, para mi eso se acabo.
Jesucristo lo dejo muy claro: OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE. Aunque yo opino que esa máxima hay que estudiarla mucho para poder ejecutarla. No todos los revanchistas tienen la misma culpa, muchos de ellos solo hacen seguir a las masas y a los que hay que darles es a los que guían esas masa.
Me alegra en lo mas profundo de mi corazón, que por fin se reconozca a las personas que dieron la vida por sus creencias.
Ahora lo que falta es darle voz a los mártires actuales que nadie se preocupa de ellos y mucho menos esta sociedad que hace años perdió el rumbo.
Un saludo.
Ejemplo de vida cristiana sin reservas. Sí, Militos.
Estamos llamados a dar testimonio.
Lo que dice Doramas es cierto, de los mártires actuales nadie se preocupa ... y es en esta etapa donde más se encuentran ...
Besiños, querida Capitana.
Yo tambien estoy de acuerdo en el tema de lod martires actusles, no nos ocupamos de ellos y claro que los hay y muchos, pero si han tardado tanto en reconocer estos martiriod, fijaros lo q se tardara com los de este siglo
Y no se trata de reconocerlos, sino de evitar esas muertes por razom de su rellgion
Gracias a las dos
Saludos y besiños Rosa
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