viernes, 8 de mayo de 2015

AMADAS CAMPANAS

 
 
El Ángelus, obra de Milet
 
 Lo que más me gusta de los sitios pequeños es la nitidez con que  se puede escuchar el sonido de las campanas llamando, con sus distintos toques, a los fieles y no fieles para diversas  actividades: Para asistir al sacrificio de la Misa; tétrico, pausado, cuando alguna persona ha fallecido, agitadas en caso de incendio, amorosas invitando al rezo del Ángelus, que se escuchaban desde los campos lejanos a las iglesias, donde los campesinos paraban su labor para rezar;  y alborozadas para celebrar la Pascua o cualquier acontecimiento gozoso. Ese lenguaje de las campanas en las grandes ciudades pasa inadvertido a no ser que residas cerca de alguna Iglesia o Monasterio. Pero cuando estoy en el campo de Guadalajara se me remueve el alma con su sonido.
 
Sólo su contemplación me entusiasma, me inspira, me siento llamada... Y pienso que cada una de ellas tiene su propia historia, por ejemplo, hay una muy bonita de una de las campanas del Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad.




 
Esta campana fue regalada al Santuario en recuerdo del 2 de octubre de 1928, cuando San Josemaría, estando en un retiro espiritual en los Paules, cuando se encontraba en oración en su propia habitación,  "Vio" que Dios le pedía fundar una obra, más tarde recibió el nombre de Opus Dei, por inspiración del Arzobispo de Madrid quien, en una llamada de teléfono. le preguntó: ¿Cómo va esa Obra de Dios?. 

 
 
Sucedía en la Basílica de la Milagrosa, desde la cual, el Santo, una vez aceptada la invitación de Dios, escucho el sonido de las campanas de otra preciosa parroquia, la de Nuestra Señora de los Ángeles, situada en la calle madrileña  de Bravo Murillo, no muy lejana a La Milagrosa. Sonido que el futuro Fundador recibió como la confirmación gozosa de aquella llamada divina. 
 
 
Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles
 

Un inciso y una confidencia, estas dos Iglesias están muy ligadas a mi vida, la basílica de la Milagrosa porque llevo su nombre y nací el día en que se celebra su fiesta y la de Nuestra Señora de los Ángeles porque en ella, en 1939, nada más acabada la Guerra Civil, me completaron el rito del Bautismo que había recibido de manos de mi padre en Noviembre del 36, Sacramento que no pude recibir en una iglesia por la cruel persecución religiosa de aquellas fechas. En la misma ceremonia fue bautizado mi hermano, nacido el mismo día en que terminó la guerra.
 
Pequeña anécdota de la campana
 de la Catedral de Toledo
 
 
 
La campana gorda


 
 
 
En todo Toledo no hay campana tan grande y extraordinaria como la de la catedral. Dicen que debajo de ella se pueden poner cinco zapateros, y estirar un hilo de coser zapatos, sin tocarse el uno al otro. Cuenta la leyenda que el sonido de las campanas llegó al cielo; San Pedro creyó que venía de su iglesia de Roma, pero cuando vio que no era ese el caso, sino que en Toledo estaba la campana más grande de todas, se enfadó y arrojó una de sus llaves contra la campana, rajándola, como puede verse todavía. Si yo fuese San Pedro y estuviese del humor que estoy ahora, mejor le tiraría la llave a la cabeza de aquel que yo viese que iba a contar por primera vez semejante historia.

Hans Christian Andersen. Viaje por España. (1862)


 
 
 
Si os gustan las campanas tanto como a mi,
otro día traeré algunas historias más
 
 

3 comentarios:

Rosa dijo...

Qué preciosidad de historia y lo que dices; me gusta muchísimo el sonido de las campanas. Vivimos muy cerca de nuestra parroquia y las escucho muchas veces durante el día, nítidamente, como si estuvieran en casa, me encanta. Me parece una maravilla el poder hacerlo.

Espero que te encuentres bien, que descanses mucho.

MUCHOS BESIÑOS, querida Militos.
Me alegro muchísimo de "verte".

Militos dijo...

Muchas gracias,Rosa, otra cosa en laq coincidimos.
Que suerte tener las campanas tan cerca.
Besiños, querida bloguera

Rosa dijo...

Besiños de sábado. Hoy, estuviste muy especialmente.

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