UN COMPROMISO SAGRADO

 

 

Era un 5 de agosto, todos me decían: ¿5 de agosto en Madrid? ¿Estás loca? La verdad es que yo no sentí calor alguno, yo iba a lo que iba del brazo de mi padre y nada más.

 

 

 Lo que sí sentí por la fecha fue la ausencia de muchos amigos y compañeros, pero los más leales allí estaban, lo demás sucedió con toda normalidad, menos ´lo mucho que me hizo esperar el Infante de Marina en mi casa, ya que para ahorrar (por entonces un Teniente ganaba la escalofriante paga de 3500 pesetas) utilizamos para ir a la iglesia el mismo coche.

 Con resignación cristiana me tocó esperar vestida y sin poder sentarme, para mí, horas interminables, aunque me aseguraron que no fue para tanto..., vete tú a saber, seguro que fue culpa de la madrina acicalándose. Mal empezamos me dije a mi misma...

 

A las claras que me equivoqué, nuestro compromiso firmado ante Dios y ante los hombres  hoy 5 de agosto de 2016 se renueva, después de 56 años, por la Gracia de Dios, con diez hijos y 21 nietos.

 

Por supuesto, en él ha habido de todo porque así es la vida y más con tantos de familia, pero el Amor,  y la lealtad nos ha hecho llegar hasta aquí. La Gracia Sacramental es lo que tiene, actúa de armadura en la batalla y nuestro Padre Dios no deja de renovarla en todo momento si se la pides de todo corazón. Nuestra nave,  ha  luchado y vencido, de momento, contra los elementos, mejor que aquella Armada Invencible de triste recuerdo.

 

Y bueno, Señor, Capitán de nuestro Navío, nos presentamos hoy ante ti para rendirte nuestro homenaje, Tú, sólo Tú, has "Sido Capaz" de mantenernos, con achaques y heridas, firmes en esta pelea que ya va siendo larga,  pero sabremos llevarla hasta el final  si sigues al mando de esta familia.

 

Gracias doy a Dios y a nuestra madre, la Virgen de las Nieves bajo cuyo manto blanco iniciamos este matrimonio y gracias también a nuestros hijos que siguen vitalizando nuestra navegación con su presencia, tanto los que viven cerca, como los que formaron  su familia en Inglaterra. Todos a nuestro lado siempre.

 

Y me despido, por hoy, con un millón de besos a todos esos nietos que tanto alegran este rato de vida que nos queda, hasta que el Patrón de la nave nos cambie el rumbo  hacia esa orilla de tierra firme que llamamos ETERNIDAD que a todos nos aguarda.

 

Gracias amigos que seguís leyendo mis alegrías, tristezas y tonterías en este blog y en Facebook, no sabéis lo que anima y ayuda teneros tan cerca.

 

"Invoco al Dios altísimo, al Dios que tanto hace por mi"