LAS PALABRAS Y LOS HECHOS

Lunes otra vez y obligado es que hablemos de Rajoy y su discurso.

¿Ha renacido, cual ave Fenix, de sus cenizas el jefe de la oposición? Mi emoción no tiene límites al escuchar sus palabras. Palabras nuevas que no sé si tú las das crédito, yo permanezco todavía inmersa en la duda. Hemos llegado a una situación en que la palabra que, desde siglos ha sido capaz de mover el mundo, ha pasado a ser para muchos de nosotros elemento de contradicción. La fuerza de la palabra está sumida entre los escombros de una civilización que ya no cree en nada, si bien es cierto que convive con aquellos otros que se lo creen todo. La vida del hombre sobre la tierra de este siglo XXI se desarrolla entre esas fuerzas contradictorias: palabras y hechos. ¿Cual es tu posición? La mía, desde el 9 de marzo de 2008, a estas alturas de la película dirigida por ZP, está bien clara: No creo ni una jota, de las palabras salidas de la boca del sonriente ni tampoco de la lacónica boca del opositor.

Y ¿qué ha dicho Rajoy para que amanezca hoy con este talante? Ni más ni menos que "vamos a un nuevo patriotismo". Y no es que yo tenga miedo a lo nuevo, por el contrario amo toda novedad que no atente a mis principios, pero lo que me aterra es "lo nuevo en odres viejos". Miedo me da lo que esto pueda significar en labios de quien está llevando el PP a la desviación más descarada del motivo por el que aglutinó personas y criterios, en un estatus llamado Centro-Derecha. ¿Entrarán en el nuevo patriotismo los nacionalismos, el aborto libre y demás componendas que ya son programa socialista? ¿Será este eslogan de Nuevo Patriotismo la trampa que seduja a las juventudes del PP donde caben carros y carretas?. La pregunta queda en el aire a la espera de que esta vez la palabra coincida con las obras, ya que el discurso de Rajoy no finaliza con ese lema, sino que añade que saldrá adelante una oposición responsable. Pero señor Rajoy ¿Si usted no ha sido responsable opositor hasta ahora con lo fácil que lo tenía ¿Cómo vamos a creerle a partir de su nueva elocución? ¿Qué avales nos muestra para renovar su credibilidad? Habrá que esperar a comprobar que en usted por obra y gracia de una revelación tardía "obras son amores". Sin embargo, España y los españoles ya no nos encontramos en disposición de más esperas. El tiempo se está agotando y dudo mucho que los jovenes de su partido, ni los maduros, puedan ya dar crédito a sus bonitas y remozadas palabras.

Más bien me inclino a creer a Rosa Diez cuando opina que es una desgracia para España "que coincidan a la vez el peor gobierno con la peor oposición"

El tiempo, que ya no nos queda, mostrará cual de las dos fuerzas encontradas, la Palabra y los Hechos, vencen en esta confrontación que nunca debería haberse producido en política.