CARTA ABIERTA A JOSE BLANCO, ALIAS PEPIÑO

Impertérrito Pepiño, de mandíbula floja que ni siquiera el don merece, estafador dueño de áticos ilegales. ¿Quién se ha creído ser usted para verter sus emponzoñadas opiniones sobre ciudadanas que encabezaban la gloriosa marcha por la vida? ¿Cómo se atreve usted a calificar a nadie de doble moral cuando se define como católico y está ejerciendo de cómplice con el mayor de los crímenes contra la humanidad, cómplice convicto y confeso de asesinatos de miles de seres indefensos? ¿Cómo no se corta la lengua antes de calificar de doble moral a quienes encabezan una manifestación a favor de la vida, o contra el aborto que es lo mismo, y según su viperina lengua, abortan por la puerta de atras? Petrimete de la política que se cree con derecho de pernada sobre sus conciudadanos, para lanzar contra los que no comulgan con sus ruedas de molino, todos los improperios que le vengan en gana a su desamueblada cabeza.

Flaco favor hace a su partido con declaraciones como éstas, donde se vislumbra lo que de verdad les repatea, que haya españoles libres, ajenos a la política, que puedan gritar a los cuatro vientos que el aborto es un crimen propiciado desde el propio gobierno, un crimen cuya sangre no se derramará inutilmente, por que desde los cielos y la tierra esa sangre vertida está ya clamando justicia.

¿Por qué no toma ejemplo de algunos miembros de su partido, como el alcalde socialista de un pueblo de Sevilla que fue uno más en una de las muchas Marchas por la Vida convocadas en España? Su nombre Joaquín Moreno Romero y sus palabras, en defensa de la vida de los más indefensos, todo un ejemplo para ustedes progresistas de la muerte. Decepcionado de su partido y apenado por la marcha que está tomando, declaraba hoy en la COPE que su decepción era mayúscula porque el Socialismo siempre fue el partido de los obreros, el partido defensor de los niños y que el aborto, no sólo el que ahora se quiere imponer, sino el ya autorizado era el crimen más execlable que se puede cometer. Y cuando alguien le decía: ¿y si usted no está de acuerdo con esto por qué no se marcha del partido? él respondía porque no me quiero ir, porque soy socialista convencido, pero esto no es Socialismo, esto es otra cosa.

Váyase a insultar a otra parte, con viento fresco, Pepe Blanco, acaparador de áticos de lujo impropios de un socialista obrero español. Y sepa usted que lo más probable es que en la Marcha por la Vida caminaran algunas mujeres que sí habrían abortado, por las circunstancias que fueran, pero que arrepentidas por un crimen que les remorderá las entrañas el resto de su vida, se unirían a esa manifestación a favor del no nacido, para cooperar a que ninguna mujer se vea empujada a abortar por ignorancia, por falta de ayuda, por insolidaridad... o por impulso de su propio gobierno. Y sepa usted o ustedes que nos quieren hacer tragar la cantinela de que sus leyes son para que las pobrecitas mujeres no vayan a la carcel, hecho este que jamás se ha producido ni en la oprobiosa dictadura, que si el domingo alguna de las presentes hubiera abortado con anterioridad, estar en esa Marcha las dignificaba muy por encima de todo juicio de inmisericordes como ustedes

No sería de extrañar ya que en el mundo entero se conocen mujeres que afanosamente lucharon para que los gobiernos implantaran el aborto y al cabo de poquísimo tiempo mostraron su error y su arrepentimiento por haber colaborado en abrir la puerta a semejantes asesinatos que no dudo en calificar como crimen de estado.

Quede usted con Dios, como cristiana no puedo desearle otra cosa, pero si usted lo prefiere quede con quien mueve su lengua hacia insultos y calificaciones dspreciables y embusteras