MI ORACION DE ADVIENTO

Una oración de Adviento traigo esta noche ante ti. Este año tu venida preparé con una hermosa flor de Pascua que brotó sin yo sembrarla, floreció como silvestre, nadie la cultivó. Tú mismo la pusiste en mis manos para dar colorido a este tiempo de espera. Nació del dolor, de la aceptación, de la sumisión gozosa a tu santa y siempre amada Voluntad. Tú permitiste que fuera así y a mi sólo me quedó abrirle los brazos, regarla suavemente con el sí, colocarla en el lugar más destacado de mi Belén particular, en ese rincón de dentro donde Tú y yo nos encontramos para padecer juntos, para avanzar, para amar.

Me gusta pensar, Niño querido, en el instante en que abras los ojos, habrá una dulce sonrisa en tu pequeño rostro y tus manitas juguetearán con los pétalos más grandes y más enrojecidos de amor. Otra vez el dolor pegado al amor para hacerte unos pañales y un arrullo con el que arroparte y en el que te encontrarás acogido y calentito.

Esta noche, Señor, mis manos no parecen tan vacias, porque Tú generoso, sin que nadie lo adivinara, a oscuras y de noche, dejaste en ellas el regalo que este Adviento deseabas recibir de mi.

Gracias, Dios mío, por facilitarme la tarea de buscarte presentes para tu cercana llegada a este mundo.

¡¡¡VEN SEÑOR, JESÚS!!!