miércoles, 19 de junio de 2013

ULTIMA ORACIÓN A ORILLAS DEL MEDITERRÁNEO


Paula en la playa San Juan


Señor, Dios Creador, aquí, a la orilla del mar, todo me mueve a pedirte perdón... .En la inmensidad de las aguas te veo cercano, respiro tu grandeza y mi pequeñez.
Perdóname, Señor, tu perdón es mi fuerza y mis ganas de vivir para ti cuando a penas me quedan motivos humanos. Hoy necesito acogerme a tu perdón porque sé que no aproveché la vida para merecer estar a tu lado, ni a tu derecha ni a tu izquierda ni en un rinconcito escondido.
Me dejé vivir según las cosas sucedían, no fui avanzadilla, sino retaguardia en esta batalla de amor. Mi corazón tiembla, Señor, ante la cercanía de mi encuentro contigo ¿Qué atesoré para ti? Ni siquiera sé lo que hice mal, pero sí lo que no hice, las omisiones por las que pido perdón en el Confiteor de cada Misa:
"Yo pecadora me confieso a Dios...
Por eso siento tanta pena cuando algunos Ministros tuyos se saltan el Confiteor y pasan directamente al Kyrie eleison...
¿Qué fruto presentaré a ti? Sólo puedo acogerme a tu Misericordia y darte gracias, infinitas gracias, por haber revelado a Santa Faustina ese divino atributo en la persona de Cristo.
Dios mío y Señor mío, Tú eres amor y todo lo conviertes en amor. Ahora  que mi cuerpo pide calma, como la del Mar en esta mañana tranquila, me ofrezco de nuevo a ti para entregarte mi cansancio, mi dolor y mis limitaciones. Viviré, Señor, hasta que Tú quieras, Amor de mis amores, llevarme a tu presencia. Sé que aún no ha llegado mi hora porque no he sido exprimida como el limón, en palabras de San Josemaría.
He de seguir, Padre mío, hasta que Tú decidas, pero ayúdame más, estos años ya son una mochila muy pesada para una cabeza que Tú mantienes joven, que no concuerda con el cansancio del cuerpo. Ella quiere, como en años,  volar, hacer... Pero aquí estoy, esa es la verdad, de una manera o de otra, aquí estoy porque Tú así lo quieres, en tu palabra confío como he confiado siempre en todas las encrucijadas de mi vida.
A tu perdón me acojo, Señor, para seguir adelante.

1 comentario:

Rosa dijo...

Militos, ¡qué bonito es todo lo escribes! Es muy profundo, y siempre me maravilla lo joven que eres, la fuerza que tienes. No soy mucho de alabar, pero si lo siento, lo digo, aunque no te conozca personalmente. Siempre me produces admiración, es verdad. Eres inteligente y sobre todo buena.

Encontraros a Arcendo y a ti, ha sido muy importante (y es, porque esta vivencia es muy intensa, es de las que "marcan" para siempre), en mi vida, y doy infinitas gracias a Dios por ello. Descubrí el rosario gracias a vosotros (y a Angel, no se me olvida), y cada vez que lo rezo, doy gracias y gracias...

Es preciosa tu nieta, qué alegría tener unos nietos y unos hijos así, es la mayor recompensa. Tienes mucha fuerza para contagiar la fe, Militos, siempre lo he creído, me maravilla, y además quieres de verdad, desde lo más hondo, se nota en todo, y por eso, poco a poco, como todo lo bueno, ha calado...eres auténtica, una persona auténtica.

Un beso muy, muy grande. Te quiero mucho. Es precioso el texto, muy hondo...

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