domingo, 31 de diciembre de 2006

Y FUE EN BARAJAS


¡No me lo puedo creer!. Sucedió lo único que podía dinamitar mi propósito de acabar el año con alegría: ETA ha vuelto a matar. ¡Desgraciados, mil veces desgraciados!. España, ¡reacciona!

viernes, 29 de diciembre de 2006

LAETÁRE


Tuve un firme propósito: terminar y empezar el año con alegría. Y lo voy a cumplir, pese a quién pese. Pese a los tres entierros de allegados que en quince días hemos padecido. Pese a tanatorios, cementerios y funerales. Pese también a incomprensiones, críticas y desviadas interpretaciones de familiares y de hijos. Normal en cuanto a estos, para eso somos padres.
No dejaré que nada se interponga entre tú, alegre alegría, y yo. Y no lo dejaré por lo que acabo de leer en un pequeño libro (SURCO):

"Todo eso que ahora te preocupa cabe en una sonrisa esbozada por Amor de Dios"

No hay otro "quid" para esta cuestión. Y ¿por qué no lo hay?: porque realmente cada vez es más costoso sonreir en este mundo de hoy. Cuando amanece el día, y lo hace engañosamente porque el despertador suena con dos horas de adelanto respecto al sol; cuando la prensa abre sus páginas con otra sonrisa que no es la del amor de Dios sino la del "buen talante" de quien gobierna por accidente. Qué sí, que todos queremos sonreir pero, obligado es reconocerlo, no es fácil hacerlo en estas primicias del siglo XXI. Los pájaros, las flores, el cielo azul y los niños estan dejando de ser motivos gratificantes. El hombre se pregunta, en medio de un atasco o entre los apretujones del metro: ¿Sonreir?, ¿De qué o para qué?. Lógica reacción cuando hemos transformado el Evangelio y la Oración de nuestros abuelos en el diario matutino y la televisión vespertina.
La alegría, compatible con el sufrimiento, no puede estar subordinada a que todo salga bien o a un horóscopo favorable. Ha de ser el condimento de la jornada diaria. Un condimento a verter, que no tiene que consistir en cucharadas grandes de carcajadas, en el guiso del trabajo y en el del hogar, incluso entre aquellos que se interponen entre la alegría y tú. Imprescindible para quitar dramatismo a situaciones tensas, para deshacer enfrentamientos con sentido del humor.

Una carencia de estos tiempos son los cantares y sin embargo ellos han contribuido desde siempre a animar el discurrir de los tiempos.Las primeras canciones que se recuerdan eran Nanas, significativo ¿no?. Hoy ruedan muchos CDS, CDRS, DVDS pero ¿quién canta ya en el hogar?. En la antiguedad las madres de familia cantaban de manera prolífera -hasta yo misma cantaba, no hace mucho tiempo- y cuando ellas dejaron de cantar fueron las chicas de servir quienes tomaron el relevo (¡Cuántas coplas alegraban los patios de las casas en la posguerra!, cuando el aceite se congelaba en las fresqueras y no existían los frigoríficos ). Más tarde apareció la radio en todos los hogares, con los Cuarenta principales y la televisión con la vida amorosa y tortuosa de personajes más o menos patéticos. Requiem de cantos y canciones. Ya resulta casi imposible volver a cantar, sobre todo si desafinas. A no ser que seas candidato de Operación Triunfo. ¿Quién puede parar la rueda de la civilización?

Deseo aclarar que mis palabras no pretenden asemejarse a sermón alguno. Simplemente son cosas que me digo a mi misma para aventar esta tristeza que me persigue desde el útero materno. Es urgente y necesario luchar contra ese feroz enemigo de la tristeza que subrecticiamente va minando las fuerzas del ser humano. Dejarse llevar por la tristeza es rendir las armas al enemigo. Un dato relevante está escrito en el Evangelio, en la escena del Huerto de los Olivos, los Apóstoles se durmieron mientras Jesús oraba al Padre, no por el cansancio sino por la tristeza. ¿Recursos para esa lucha?...Psiquiatra, Psicólogo, pastillas...sí. Pero el más infalible para mí y para los afines a mis creencias es el regazo de la madre. Y si ya nos falta o no sabeís encontrarla, acercaros a la que siempre está ahí: Causa Nostra Laetitiae.
Por algo Jesús desde la Cruz no le dijo: Juan será como tu hijo sino "Ahi tienes a tu Hijo". Desde ese instante, cada uno de nosotros pasó a ser Cristo para María.
Y, para terminar este año y comenzar el 2007,sólo me resta desear al despistado que pase por aquí que se pueda decir de él lo que dijo el poeta Luis Rosales de alguien:

"ESE HOMBRE SIEMPRE ESTÁ EN DOMINGO AUNQUE NO ESTRENE"
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