Sencillo altar, como sencillo Arcendo
¿Qué os traigo del funeral de Arcendo?:
Paz. mucha paz para todos y para mí que bien sabe Dios la necesitaba.
Dos de mis hijas y yo, llegamos antes de las 8'30 para intentar hablar con tranquilidad con su familia. Mi idea principal era fortalecer especialmente a Guadalupe, su esposa, pero tengo que confesar, con toda sinceridad, que fue ella la que me confortó a mí.
Su serenidad impresionaba, tanto que Raquel, mi hija, se lo dijo y la respuesta de Guadalupe fue que era la FE lo que así la mantenía. Antonio, dijo, tenía una FE tan grande que nos la ha transmitido.
Impresiona, os lo digo sinceramente, comprobar cómo nuestro querido amigo ha dejado en su familia ese sello divino de la Fe con el que todo, hasta lo más doloroso, queda en su lugar, al lado del Padre. Esa Fe que todos hemos podido conocer, palpar, grabada para siempre en su Hoja del Arce.
Parroquia de San Pío X, en Madrid
Otra perspectiva
Un campanario original
Ya sé que lo que os interesa no son las fotografías, sino la ceremonia dedicada a Antonio, Arcendo, esa persona, bloguero por más señas, que pasó por nuestras vidas y se quedó para siempre. Por eso paso a contaros algunos detalles porque lo que sentí no me da para recordarlo todo.
La Misa fue celebrada por D. Juan Luís que, como nos contó el Capitán, es el Párroco de San Antonio de la Florida, sacerdote que ha acompañado a Arcendo durante su enfermedad, confesado dos días antes de su fallecimiento y administrado los últimos Sacramentos. Recuerdo y vosotros también, lo feliz que le hizo la llegada, hace unos dos años, de este sacerdote joven y entregado, que vestía siempre de sacerdote, como nos contaba y que, por lo que decía, dio un vuelco a la Parroquia.
Las Lecturas fueron leídas por las dos Guadalupes, su hija leyó la Epístola y su esposa el Salmo: "El Señor es mi Pastor, nada me falta". Con serenidad, sin temblarles la voz y provocando en nosotros una acción de gracias grande, muy grande, al Señor por ellas y lo que estábamos viviendo.
No puedo contaros la Homilía entera (Raquel grabó una gran parte de ella para pasarla a video que cuando lo tenga lo publicaré) porque fue muy intensa, sencilla, íntima, ya que el sacerdote le conocía en profundidad, pero os dejaré algunos detalles que no son literales.
Don Juán Luís, comenzó diciendo que llegó a San Antonio de la Florida algo despistado y que en seguida Antonio se le ofreció para todo, subrayó el sentido de servicio que tenía nuestro amigo, al que debíamos imitar como cristianos. También contó como no tardó en animarle para que hiciera un blog, una página web de la Parroquia, colaborando en el inicio de la misma.
Genio y figura la del Capitán de los Tercios Blogueros ¿Cómo no voy a llamarle así?
Dirigió entonces unas palabras a los blogueros que suponía estábamos allí porque incluso hubo quienes le habían dado el pésame por su muerte, a través del blog.
"Antonio está salvado", palabras textuales, no sin decir que tuvo errores en la vida, como todo el mundo, y momentos de queja en los que le decía al Señor ¿Por qué me envías tanto dolor? quiero que me cures..., pero que todo eso era oración y no debíamos tener miedo a quejarnos a Dios, si lo convertíamos en oración.
Antonio está salvado, tenía el secreto de la felicidad, por eso era tan alegre. Había encontrado a Dios en todo, estaba unido a Él, en su familia, sus amigos, su enfermedad, en todo lo que sucedía en su vida..., dijo el sacerdote, entre otras muchas cosas.
No quiero alargarme más y sí deciros que en aquel templo, en aquella celebración de Resurrección, de Vida Eterna para Arcendo, estabais presentes todos, toda esa familia bloguera para él tan necesaria.
Algunos os representamos físicamente, como Miguel del blog "Pastores según mi corazón" (enlace)y Elías Fotelias del blog "Por la vida y nada más que la vida" /enlace) con su mujer e hijo; ellos si que le conocieron personalmente, que celebraban sus 16 años de matrimonio y no quisieron faltar a esta cita. Seguramente habría más blogueros, pero no los identificamos.
Y para terminar, deciros que Guadalupe en la despedida, nos dijo que había sido un marido y un padre maravilloso, que sólo podía dar gracias por él, que el último mes sufrió muchísimo, tres veces hubo que reingresarle en el hospital y siempre resignado con todo lo que le estaba pasando. En esos momentos si había lágrimas en sus ojos.
Contó que algunas veces le reñía por estar tantas horas al ordenador, pero que el blog era su vida y en la enfermedad, escribir. hacer composiciones de imágenes y videos lo que más le sostenía. Cuando le dije que era un artista de élite, me dijo que le venía de su familia, su padre un pintor excelente del que ya Arcendo publicó algunos cuadros suyos.
Para Guadalupe, sus blogueros, fuimos su columna, su gran apoyo en la lucha contra el cáncer, siempre le hablaba de nosotros. Nos da las gracias por todo el cariño que seguimos demostrando por su marido; yo la dije que él nos había dado mucho, Guadalupe, hija, esbozó una sonrisa, con la boca y con los ojos, como debía ser la de su padre, a mí se me fueron las lágrimas de ternura.
Marchamos del lugar con el alma muy tocada por la ceremonia y por esta familia tan ejemplar, tan aferrada a la FE y tan acogedora: Guadalupe, Guadalupe hija y Antonio (Tony) al que animé a que retomara su blog "Heroemanía" que tan bueno era, que a su padre le gustaría mucho.
Guadalupe hija, estudia Magisterio Infantil, como mi madre, dijo, es una niña preciosa, abierta, simpática y con una mirada tan afectuosa como era la de su padre, aunque sólo pude divisarla a través de sus palabras.
Y su mujer, Guadalupe, me impresionó, causó una admiración que no puedo describir, no tengo palabras, ni las tuve como hubiera querido en el encuentro. Firme, afectuosa, abierta, dándose a todos los que estábamos allí, sin pensar en ella. no me cabe duda:
Cuatro elegidos de Dios Padre.
Miguel, Elías y yo pedimos que siguieran con el blog, Miguel les dijo que al menos una vez a la semana escribieran algo, pero sólo prometieron dejarlo abierto, pidiendo que nosotros siguiéramos escribiendo.
Todo fue muy emotivo, hasta el hecho de pisar aquella zona, Ribera del Manzanares, donde él vivía. Aquellas calles del Madrid que tanto amaba mi Capitán, templaron las cuerdas de mi alma en una silenciosa melodía, húmeda de llanto, de agradecimiento y amor infinito a Dios que nos donó por un tiempo esa presencia tan beneficiosa y querida del amigo inolvidable.
RIBERA DEL MANZANARES CON LA CATEDRAL
DE LA ALMUDENA REFLEJADA EN EL AGUA
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