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martes, 15 de abril de 2008

¡¡UN POETA, POR FAVOR!!


No es más que una breve reseña sobre Becquer, pero se la dedico a Arcendo por su maravillosa selección (sábado.12-IV-08) de música en torno al Mar o la Mar, como dicen los auténticos marinos.

He leído una corta descripción de Becquer que nos descubre una imagen del poeta algo desconocida, al menos para mí:

"Siempre fue serio. No rechazaba la broma, pero la esquivaba. Nunca le vi reír, sonreír siempre. Tampoco le vi llorar, lloraba hacia dentro. Era paciente, sufrido, resignado, amante, bondadoso. Sabía compadecer, perdonar, admirar lo bueno y ocultar así mismo lo mísero y malo.
Quién así habla es un escritor coetáneo y amigo de Becquer, con el que colaboró en algunas ocasiones.. Su nombre es Julio Nombela. Nombela tuvo una actividad literaria vertiginosa pero nunca tan inspirada como la de Gustavo Adolfo Becquer. En sus "Impresiones y Recuerdos", extensa autobiografía, confiesa que su mayor empeño en la vida era consolidar su posición económica para sustentar a la familia, ciertamente numerosa, que había formado. Sintiéndose, al final de su vida, muy orgulloso de haber conseguido una modesta fortuna desde la clase media a la que pertenecía. Hasta llegar a esa meta, trabaja en periódicos, escribe novelas por entregas, actua en Teatro e interviene en política y hasta funda una revista femenina llamada "La última Moda". Sin poder alcanzar nunca la aureola de escritor inspirado que siempre rodeaba a su amigo Becquer. A su favor tiene el ser un gran españolista. En Madrid, junto a Río Rosas dirige el periódico " El Fomento de España", con el fin de impulsar la moral, la cultura y la riqueza de España. Envidiable y gran ideal que, si los escritores actuales se lo propusieran, nuestro país podría ocupar el lugar que le corresponde entre las naciones europeas.
Entre sus obras: "La Bandera Española", "Dios, Patria y Rey", "El Bello ideal del Matrimonio"..., Junto con Becquer y Narciso Campillo fundan una Sociedad Literaria en Madrid para publicar sus rimas. Su vida transcurrió entre 1836 y 1919.
A pesar de haber logrado esa posición económica que perseguía, en su autobiografía se trasluce un atisbo de añoranza cuando dice: que el triunfo de un literato no radica en el esfuerzo realizado sino en lo logrado: "...un sólo libro, un sólo cuadro, una sola sinfonía, más aun, si se quiere, una rima, un boceto, una romanza, bastan". Sin duda en esa palabras hay una velada admiración por Adolfo Becquer.

Si me he extendido con Nombela ha sido para agradecerle esa visión del poeta, un tanto desconocida por quienes, más de una vez, repetimos de memoria algunas de sus rimas. Dice de Becquer que no se doblegaba ante las dificultades económicas y por eso, aunque colaboró con algunos periódicos de la época, nunca se sometió a la tiranía del periodismo. Y cita textualmente las palabras de su amigo:

"No se debe escribir, ni pintar, ni esculpir, ni componer música más que cuando el espíritu siente la necesidad de dar a luz lo que ha creado en sus entrañas".

No voy a exaltar a Adolfo Becquer porque no lo necesita y además no soy nadie para semejante proeza. Pero sí me ha llamado la atención que alguien tan romántico y soñador como él, emprendiera una obra grandiosa y compleja que, por desgracia, no llegó a terminar: "Historia de los Templos de España", para la que ya había conseguido la colaboración de valiosos especialistas, demostrando además unas extraordinarias dotes de organización. Su propósito con dicha obra era el de enlazar el Pensamiento Religioso con la Arquitectura y la Historia. No pudo realizarlo porque la muerte entró en su vida antes de tiempo.
Gustavo Adolfo Becquer que, según dicen, murió de amor (aunque fuera de enfermedad), gozaba también de esa visión grande y real, de la España anclada en esos tres firmes pilares: Religión, Arquitectura e Historia, de los que quiso dejar constancia en su inacabada "Historia de los Templos de España".

No me queda otro remedio que volver a pedir a gritos:

¡¡UN POETA, POR FAVOR!!, pero nadie me escucha.

Datos encontrados en:
Anales de la Literatura Española
Mª Angeles Ayala
Universidad de Alicante
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