Hoy me ha ocurrido algo que me ha hecho reflexionar. Cuando leía el Evangelio de la Ascensión del Señor, me chocó la frase que dice: “…Ellos se postraron ante Él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría” .(Lucas24, 52).
Frase que, por otro lado, he leído y escuchado miles de veces, pero es ahora cuando me he sentido interpelada por ella:
Frase que, por otro lado, he leído y escuchado miles de veces, pero es ahora cuando me he sentido interpelada por ella:
¿Cómo sus amigos más cercanos, sus discípulos, pueden sentirse contentos cuando Jesús asciende a los cielos y se quedan sin Él? Sólo hay una respuesta, hasta entonces el Señor estaba entre ellos, pero a partir de ese momento estará dentro de ellos por el Espíritu Santo. Jesús les ha dicho que va a prepararles una morada, lo dice para aquellos primeros cristianos y para cada uno de nosotros, y el Espíritu Santo desciende a cada uno para prepararnos interiormente y poder llegar a esa morada. Jesús prepara la morada y el Paráclito nos prepara a nosotros.
Los primeros cristianos contemplaron y vivieron las maravillas del Señor. Tú y yo, cristianos de hoy, también las estamos viviendo interiormente, como nosotros nadie en el mundo es portador de tan buenas noticias. Sabemos que Él está en nosotros, que tenemos ya un lugar preparado a su lado ¿Por qué caminamos cabizbajos? ¿Por qué achicarnos aunque ellos griten más fuerte?
Nuestra obligación y nuestro gozo debe ser llevar esa gran noticia de Jesús resucitado y ascendido a los cielos a todo el mundo. Y estamos alegres no sólo por ese lugar que allá nos está aguardando, sino porque está dentro de nosotros y el Espíritu Santo, si nos dejamos hacer, prepara nuestra alma para aquel encuentro seguro del que nadie sabe el cuando ni el lugar.
Los primeros cristianos contemplaron y vivieron las maravillas del Señor. Tú y yo, cristianos de hoy, también las estamos viviendo interiormente, como nosotros nadie en el mundo es portador de tan buenas noticias. Sabemos que Él está en nosotros, que tenemos ya un lugar preparado a su lado ¿Por qué caminamos cabizbajos? ¿Por qué achicarnos aunque ellos griten más fuerte?
Nuestra obligación y nuestro gozo debe ser llevar esa gran noticia de Jesús resucitado y ascendido a los cielos a todo el mundo. Y estamos alegres no sólo por ese lugar que allá nos está aguardando, sino porque está dentro de nosotros y el Espíritu Santo, si nos dejamos hacer, prepara nuestra alma para aquel encuentro seguro del que nadie sabe el cuando ni el lugar.
5 comentarios:
En todos estos acontecimientos, siempre me pregunto sobre los sentimientos y emociones que debieron experimentar los que los vivieron. La gran fuerza que luego necesitarín para hablar de lo que fueron testigos. Yo me emociono solo de pensarlo.Un abrazo y feliz fiesta.
Con mucha frecuencia nos sorprende la lectura de la Palabra con algo en lo que antes no habíamos reparado, lo que demuestra que la Palabra está viva, que no es letra muerta en las páginas de un libro.
Por mi parte, las lecturas de hoy me están haciendo pensar en: "Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?" Aquello que dijo a los galileos también se nos dice hoy a nosotros: ¿qué haces ahí plantado, no has oído que se te ha dicho id y anunciar el evangelio?
Gracias por tu reflexión. ¡Feliz domingo!
Interesante publcacion Militos mis felicitaciones comprendi cual era tu pensar inteligente ilustrada la curiosidad que te ronda y efectivamente cuando dios los dejo era para vivir en el corazon del hombre a quien dios tiene nada le falta sobre el viaje al cielo tiene que ser precioso aquel mundo imaginado por miles de formas que aun no sabremos como es conocemos mas el infierno que el cielo por todo lo malo acontecido en este mundo los cielos paz universal para las almas descanso eterno.
Gracias amiga pase un ratito muy bueno muchos besos...
Esa GRAN ALEGRIA nace de la convicción profunda de que ya NO ESTÁN SOLOS, ¡no estamos solos!, porque aunque se haya ido, EL ESTARÁ SIEMPRE CON NOSOTROS, HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS.
besiños de compañia. T quiero.
Querida Militos:
Unas reflexiones muy sabias las que aquí nos haces. Me marcho para quedarme por siempre en vuestros corazones.
Aunque he disfrutado mucho en mi viaje, también os he echado a todos de menos. Intentaré ponerme al día poco a poco en cuanto a visitas y comentarios.
Un gran beso, querida amiga,
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