EVANGELISTA DE LA ORACIÓN

Ciertamente hoy lo que el cuerpo me pedía era hablar de los pactos de ZP para sacar adelante los Presupuesto Generales, pero mi malestar e indignación, por no hablar de las náuses políticas que me embargan, han hecho que me aleje, aunque sea virtualmente, hacia otro lugar del mundo, en espacio y tiempo.
Casualmente, el hecho de que ayer figurase en el santoral del día  San Lucas me ha acercado a su Evangelio

Siempre se ha dicho que San Lucas es el evangelista que  ha hablado más y con más detalle de la Virgen María, pero en este tiempo en que la Iglesia está siguiendo sus lecturas, he podido darme cuenta de que también se detiene en explicarnos los momentos de oración de Jesucristo, dándonos las pistas de cómo debe ser nuestra oración para que merezca ser escuchada por el Padre.

Poco sabemos de la vida de San Lucas, sólo que era médico, de familia pagana y que al convertirse  fue compañero inseparable de San Pablo, quién escribe así en una de sus Epístolas:

"Dimas me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica, Crescencio a Galacia, Tito a Dalmacia. Tan sólo Lucas está conmigo."

 Lucas es quien más trata la oración, tanto la propia de Jesucristo como la de sus enseñanzas. No quiere decir que los otros tres evangelistas no lo hagan, pero si parece que él se detiene amorosamente y con más precisión en el tema:

ELECCIÓN DE LOS DOCE._
"Por aquellos días se fue al monte a orar, y pasó la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos a los que llamó también apóstoles" (lucas 6, 12-13)

En Getsemaní:

Salió y fue, como de costumbre, al monte de los Olivos. sus discípulos también le acompañaban. Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no caigáis en la tentación. Y se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba al Padre diciendo: Padre, si quieres aparta de mi este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya."  (L. 22, 39-42)

En la Cruz, la oración suprema del perdón:

"Padre, perdónales porque no saben lo que hacen"(L.23,14)

Y en la consumación de nuestra redención:

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (L.23,46)

A poco que profundicemos en la lectura del evangelio de Lucas, percibimos como  insiste en el fondo y la forma.

  ¿CÓMO DEBE SER NUESTRA ORACIÓN?

Nos lo deja muy claro en otros fragmentos,  fiel reflejo inspirado de las enseñanzas de Cristo, como es el de aquel que importuna  a su amigo, a las tantas de la noche, para pedirle pan y lo hace porque tiene confianza con él, de lo contrario no se atrevería a molestarle:

"Amigo, dame tres panes... Os lo aseguro, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, al menos por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite"(L.11, 5-8)

¿Qué se desprende de esta parábola? :

CONFIANZA._

El primer requisito para que nuestra oración al Señor sea  escuchada es la CONFIANZA, dirigirnos a Dios como al verdadero e íntimo amigo, al que se puede importunar a cualquier hora del día o de la noche. Para ello nuestro trato con Él debe ser contínuo, no sólo cuando necesitemos algo concreto, sino en todo momento, tener siempre esa presencia de Dios que es síntoma de amor y amistad auténticos.

HUMILDAD._

Nuestra oración si no arranca de no saberse digno de ser escuchado por Dios, no vale nada. Esto queda bien esclarecido con la parábola expuesta por Jesús y recogida por San Lucas en 18, 9-14, El Fariseo y el Publicano.

Aquel basa toda su oración en la importancia de su YO y en no ser como el publicano que oraba en un rincón del templo:

Yo ayuno, yo pago... en resumidas cuentas Yo merezco que me escuches... Mientras el Publicano se dirigía a Dios de manera bien distinta: "Oh Dios, ven a ayudarme que soy un pobre pecador"

Jesús añade:

"Os digo que éste bajó a su casa justificado y el otro no"

INSISTENCIA_.

No quiero alargarme más, pero el evangelista que la Iglesia acaba de celebrar, Lucas, nos ha dejado otro de los requisitos para toda buena oración de petición, la INSISTENCIA (L. 18, 1-8), que nos enseña la parábola del Juez Injusto que se negaba a atender a la viuda en sus reclamaciones:

"(...) Ya que esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga de continuo a molestarme. y dijo el Señor: Entended lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche y tendrá compasión de ellos?...

Y añade la condición indespensable para que el Señor nos atienda: 

FE._

"¿Pero pensáis que cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe en la tierra?."

CONFIANZA, HUMILDAD, INSISTENCIA,  FE.

Estas son las premisas, que nos quiere mostrar San Lucas, en las que debe apoyarse nuestra oración al Señor, sin olvidar que:

 CRECER en ORACIÓN es CRECER en FE.