UNO MISMO

Qué difícil es ser uno mismo en este mundo de hoy. En realidad nunca ha sido fácil, pensamos con demasiada frecuencia en qué dirán de mi, qué pensarán... Y la mayoría de las veces ofrecemos una imagen que nada o poco tiene que ver con lo que realmente somos. Si intentas ir con la verdad por delante, en cualquier terreno, muchos te darán de lado, puede que hasta te sientas desplazado en reuniones, proyectos y hasta en la propia sociedad. Incluso te acusarán de invadir la libertad de los demás, pero aún así es pequeño precio para vivir en verdad. En este mundo de los blogs, aunque yo no he tenido demasiados problemas en ese sentido, si es cierto que en ocasiones hay quien se ve en la obligación de corregirte o mostrar su desacuerdo con lo que escribes, algo que sería normal si todo se hiciera dentro de los límites del respeto y la educación, reconociendo  tu derecho a mostrar lo que llevas dentro tal cual.

Por fidelidad a mi manera de ser, hoy quiero dar un paso más en esta carrera de obstáculos para llegar a ser uno mismo. Es mi intención mostrarme como soy, sin adornos, sin "buenismos," pero también sin falsa humildad. Comenzando por aclarar que esta reflexión ha sido producto de unos días de campo, reverdecido por la abundante lluvia.

Soy como soy

Una persona humana, llena de limitaciones, con pensamientos y sentimientos humanos, muy humanos que intento dejar a los pies de mi Señor para que Él los sublimice, por mis propios medios nunca lo lograría. Esta soy yo, dada a la nostalgia y la poesía, con algunas virtudes y logros, con muchos defectos, en lucha constante contra la totalidad, casi, de los Siete Pecados Capitales, en mayor o menor grado. Con incontables  fracasos a lo largo de la vida. Con muchas ilusiones, muchas en los hijos, que no se cumplieron y otras que me sorprendieron. Una mujer como tantas, sólo que con 74 años, con los huesos bastante magullados, aunque por fuera no se me nota, algo que me perjudica porque la familia no me hace caso, pero que aún camina sin muletas, agarrada siempre por la calle, eso sí, a la mano del compañero que Dios puso en mi camino cuando todavía vestía uniforme de colegiala.

Bodas de Oro, 5 de agosto de 2010

Pocas veces me atrevo a salir sin él o sin las hijas, por miedo a tropezar y caer, únicamente en el agua pierdo todo temor a moverme libremente. Como se puede leer en mi perfil soy madre de diez hijos, a los que sigo ayudando en todo lo que puedo y de los que me siento muy orgullosa porque todos han sabido superar situaciones muy complicadas por las que han atravesado. Abuela de 19 nietos a los que me gustaría tener a mi lado mucho más de lo que los tengo.

Epílogo

Por todo esto, puede entenderse que he derrochado mi vida en la familia. Podía haber ejercido la carrera de Económicas, cuando venían a buscarnos para trabajar antes de concluirla (quién pillara ahora aquellas ofertas de trabajo), pero la profesión militar del cabeza de familia siempre nos trajo de acá para allá, algo incompatible con un trabajo propio, como tampoco lo era con las costantes ausencias paternas  del hogar por exigencias del servicio. Vivo contenta, muy contenta de haber vivido la vida que yo elegí y doy gracias a Dios por ello. Estoy muy lejos del misticismo, más cerca de santificar la vida corriente con el impulso, la ayuda y la intercesión de aquel que fue el primero en enseñar al mundo que esto se podía lograr (S. Josemaría).

Soy consciente, muy consciente que ha comenzado para mi el declive, sin saber cuando vendrá  el crudo invierno, por eso intento sacar todo el jugo posible a mis días, siendo feliz con lo que tengo en mis manos, reconociendo que esta felicidad se ha completado, desde hace seis años, con el hallazgo de este mundo blogger. Equivocada o no,  siempre he sido sincera  en todo lo que escribo, en mis blogs y en los comentarios que dejo. Y a este mundo me asomo, una vez más,  para declarar que nada ni nadie me hará cambiar,  en ideas, ideales y principios. En todos ellos Dios, con la Iglesia, y España ocupan los primeros puestos. La familia, mi familia no ocupa lugar porque ella y yo somos uno.

Finalmente declaro mi amor incondicional a todos mis amigos de los blogs y de la vida real, sean del continente que sean.