Siempre recuerdo aquellos viajes del verano con mis padres y mis cinco hermanos a Santander, cuando los trenes aún se movían por las grandes calderas de carbón y humeaban hacia el cielo. Tenía el tren un encanto irresistible para los niños porque, ¡oh tiempos!, podías asomarte por las ventanillas y casi tocar el paisaje con las manos, aunque eso sí, llegabas al destino con el rostro y ropajes totálmente impregnados de carbonilla, lo que ocasionaba el enfado materno. Mi familia y yo ocupábamos un departamento entero con lo que podíamos organizarnos y pelearnos a nuestro antojo. Me reservo cual era , entre las viandas que mi madre preparaba para el viaje, nuestra preferida, pues seguro que lo adivináis y dadas las "delicatessens" de hoy día, puede parecer un tanto hortera... También viene a mi memoria la parada que el tren hacía en Bárcena de Pie de Concha, donde residían unos familiares que siempre acudían a saludarnos a la estación y obsequiarnos con las viandas típicas de la región.
Debo frenar mis recuerdos porque la intención del post de hoy es dejar un entretenimiento para el fin de semana que espero disfruten, en especial, todos aquellos a quien los trenes causen en ellos la dulce nostalgia y el efecto llamada que a mi me produce el silbato del tren.
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EN ESTE MARAVILLOSO LIBRO QUE HE COPIADO DE "TEMAS Y NOTICIAS" HAY ALGUNAS IMÁGENES MÁS, PERO NO HE QUERIDO SER EXAUSTIVA.
¡¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!!
5 comentarios:
Que maravilla de trenes...nada comparado con los que a mi me tocaron, que en aquel entonces me encantaban. Un abrazo Martha.
Muy bonito TODO este post. Los trenes siempre me despiertan nostalgias de despedidas y encuentros. Creo que por eso me fascinan tanto...
Ahora bien..., a mi también me gustan MUCHO tus recuerdos.... no dejes de contarlos.
Y a propósito de recuerdos, te he dejado uno en mi blog, en forma de vídeo, esperando te guste.
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Off top. Gracias por el juego de los peces para TONY, está genial.
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BESIÑOS DE VERANO.
Paso a disfrutar de estos bellos textos que enamoran el alma y adornan el corazón.
Llenando el día de sentimientos para quien tiene la oportunidad de leerlos y deleitarse con sus letras, que han sido dibujadas en armonía con la mente y el espíritu.
Un abrazo de sueños aquellos que a veces nos sorprenden en el camino...
María del Carmen
De pequeña recuerdo un par de viajes en coche cama. Emocionantes!! Aunque quizá ahora que va todo tan rápido me daría pereza...
Un abrazo fuerte!
Querida Militos:
Yo soy uno de los que recuerda con enorme nostalgia aquellos trenes de vapor y carbonilla a pesar de los muchos inconvenientes que tenían.
Cuando yo rondaba tu balcón, allá por lo tiempos de mili, hambre cuartelera y escaso dinero, viajaba en uno de estos trenes desde Madrid a Cáceres para visitar a mis padres y recuerdo, esto ya con menos nostalgia, que bardábamos 17 horas en hacer los 300 Kmts. que separan a las dos ciudades, eso sí, dormía como un tronco, a pie firme, sin perder en ningún momento el equilibrio, debido a los inmejorables puntales que me rodeaban; íbamos apiñados de tal manera en los pasillos o descansillos del tren, que no se podía meter en medio ni un palillo de dientes. A pesar de todo, quizá por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, lo recuerdo todo con cariño.
No sé si te has ido ya al campo, si fuera así te deseo una feliz estancia y buen relajo.
Besos afectuosos.
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