Aunque hace unos días ya dediqué un post a nuestro San José y para colmo estoy febril, no me resigno a que pase este día sin celebrarlo un poquito en mi De Dentro.
El nombre de José tiene el significado de: "El que prolonga, el que multiplica." José, esposo de María, multiplica el amor de Dios en el mundo, ayuda a continuar la obra de la misericordia divina con los hombres, la obra de nuestra salvación.
Lo que más conmueve de San José es su capacidad de silencio, algo que cada vez resulta más difícil para el hombre de hoy, su capacidad de saber escuchar y seguir la voz de Dios para cuidar y proteger al Niño que le ha sido confiado.
Es curioso como la imagen de José que nos ha llegado por las pintura clásica antigua, es presentada como un anciano venerable, canoso y barbiblanco. Sin embargo, hoy se puede deducir que antaño se le representaba de tal manera para resaltar su respeto por la virginidad de su esposa, elegida para Madre del Hijo de Dios y fecundada por el Espíritu Santo, dando por supuesto que se hacía de "la necesidad virtud."
Nada más lejos de la realidad, José era un hombre joven y como carpintero precisaría una gran energía física para su trabajo, no cabe duda que su humanidad sería notableménte vigorosa, lo que no fue impedimento alguno para que respetase los designios de Dios y amase a María, su esposa legítima, con toda su delicadeza y ternura.
Compartiréis conmigo la idea de lo absurdo que hubiera sido desposar a la Virgen, casi niña, con un anciano venerable. Por encima de todo sacrificio personal, San José encontró la fuerza en la fe que tenía para cumplir la Voluntad de Dios.
El beato Juan Pablo, hablando de San José escribía:
"José hizo lo que le había mandado el Ángel; ante estas palabras del Evangelio ¿No debemos concluir que su amor como hombre fue también regenerado por el Espíritu Santo? ¿No es preciso también pensar que el amor de Dios que ha sido derramado en el corazón del hombre por el Espíritu Santo, construye de manera más perfecta todo amor humano?"
Por esa certeza de la juventud y vigor de San José que hizo de su amor a María, un continuo y sublimado acto de amor a Dios, copio de Arcendo y su Hoja del Arce este precioso banner que ilustra su post, de oración y petición, (recomiendo a todos) publicado hoy en honor a San José.
Espero que mi querido amigo no me demande por este atrevimiento
6 comentarios:
Un beso Militos, que te mejores
No tengo ni idea de lo que voy a decir, pero por otro lado no me parece ningún disparate.. ¿ Es San José el primer Santo?..Cronológicamente tal vez, pero por categoría, yo creo que sí. ¿ Puede haber mayor ser humano, tras María, a quien vernerar?, yo creo que no, que si fue padre en la tierra del mismo Dios, ¿ cómo no ha de ser el primero?. A la frase de que "a Jesús se va y se vuelve por María", creo que habría que añadirle, "y por San José". ( Por atreverse que no quede..jeje). Mejórate guapísima. Besos mil, querida Militos!.
Gracias, Mª Jesús, ya voy mejorando poco a poco porque me dió muy fuerte.
Un beso, guapa
Alejandra: pues estoy de acuerdo contigo, para mí es el santo más santo, el primero porque fue con su aceptación el que más contribuyó, después de la Virgen, a nuestra Redención y también creo que él nos puede llevar a Jesús
Un beso
Los rododendros ya han florecido
coloreando de naciente primavera mi balcón
y mi corazón sé vestirá de hojas de alegría.
La alegría que este amanecer te envío
sobre el dorado crepúsculo de la poesía
para ser amonestado el silencio del vacío...
Mis retinas se detendrán
en la estación con más acuarelas
que han podido brotar
de la ágil paleta del pintor...
Un beso con sabor a inaugurada primavera
María del Carmen
Gracias y Bendiciones.
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