LA IGLESIA Y EL DEPORTE

Dentro de esta crisis galopante que nos atenaza, hay en España dos estamentos que permanecen en alza, digan lo que digan. 

Uno y principal es la Iglesia, a pesar de los ataques furibundos a que se ve sometida, el odio contra ella  que ciertos elementos enarbolan cada dos por tres, la inquina de los que a lo largo de la historia  acostumbran a dejar bien patente sin motivo alguno, sólo por devolver mal por bien, la iglesia en España y en el mundo entero, que siempre hace lo contrario, sigue su marcha en alabanza, gloria  a Dios y bien de la Humanidad, acudiendo a paliar todas las necesidades espirituales y materiales de los hombres, dando de comer al hambriento, cuidando enfermos, proporcionando trabajos y cobijo a los más necesitados... y ahorrando buenos dineros al Estado, como con números y letras nos contaba Arcendo en días pasados y sobre todo abriendo sus brazos de Mater Misericordia a todo el que acude a ella, sin miramiento alguno, sin acepción de personas. 
La iglesia está pujante, a pesar de los errores y pecados cometidos por una mínima parte de sus miembros, porque el Espíritu de su Fundador Jesucristo, siempre permanece en ella y con ella. Por eso la amamos, la defendemos y difundimos... Y por eso nos sentimos orgullosos y fieles hijos de la Iglesia.

El otro estamento al que me refiero es el Deporte. Ya sé que sus triunfos no nos sacarán de la crisis económica que vivimos ni mucho menos de la baja situación de moralidad y corrupción en que España se ha visto envuelta; ya sé que tras los momentos de euforia que nos hacen sentir el orgullo español por los soberbios deportistas con los que contamos, nada cambia nuestra situación en la cuerda floja europea y nacional, pero  es de ley reconocerlo, sobre todo porque nos demuestra cómo el esfuerzo hasta el extremo hace posible que se consigan metas insospechadas. Así que desde aquí,  mi más efusiva y calurosa felicitación a nuestros deportistas españoles que con su esfuerzo y entrega no sólo ellos cosechan el triunfo, sino que ponen en alza los colores de España, aunque únicamente sea en este terreno.

¿Qué queréis que os diga? A mí me gusta ver la bandera de España inundando las calles y los balcones, ver a los jóvenes envueltos en ella, aunque sólo sea por el deporte. Me gusta pensar que algun día puede que aprendamos, como los américanos, a venerarla por lo que simboliza.

Yo me siento orgullosa de:

Nuestro Nadal

 Aunque no siempre ganen

Nuestro Alonso

 

De las deportistas femeninas que también cosechan grandes triunfos, aunque no se las coree tanto como a los hombres.

Y ¿Cómo no? de la Selección Española de Futbol, campeona Mundial y que ya está en la final de la Eurocopa. 

!! A por Italia el domingo!!

Orgullosa de esta Selección que no de La Roja, como la cadena roja de telecinco intenta colarnos. Esto me pone furiosa, pero furiosa a tope

 Porque como dice BRUCE, LA ROJA ES Otra:

  Y

 ALGUNAS MÁS

¡¡¡España, España, España!!!