POSIBLE BEATIFICACIÓN DE CHESTERTON, PARTE 1ª

 

Aprovechando que he vuelto a Madrid y no tengo dificultad para conectar quiero comentar algo que tenía pendiente hace tiempo y que me parece una noticia importante para todos los que aspiramos a la santidad.  Aspirar es una obligación que lo consigamos es obra de Dios que da alas a nuestro propio esfuerzo.

 

La noticia que muchos ya conoceréis es que uno de los grandes escritores, grandísimo a mi juicio, del siglo XX está a punto de entrar en proceso de beatificación. Se trata, ni más ni menos que de Chesterton, quien a sus grandes dotes intelectuales unía ese sano humor con el que nos reconfortaba en algunas de sus mejores novelas, como las del padre Brow que tanta fama le proporcionó.

 

Efectivamente, el pasado 6 de agosto, el Obispo de Northampton (Inglaterra) Peter Doyle, autorizó la apertura, a nivel diocesano, de una investigación para el posible inicio del  proceso de beatificación del escritor Gilbert  Keith Chesterton. Son los primeros pasos, pero en verdad dignos de relevancia porque para su autorización son necesarios verdaderos indicios de una posible santidad.

 

Testimonio

 

Joseph Pearce, profesor de Literatura Inglesa de la Universidad Ave María, de Florida, biógrafo del escritor, autor de G.K. Chesterton, Sabiduría e Inocencia, asegura no tener dudas de ver un día en los altares a quien fuera autor de obras como: Ortoxia, La Esfera y la Cruz. El Hombre Eterno... . Y sus razones para tan categórica afirmación son: la propia vida de Chesterton y su obra, ya que en ellas hizo realidad la unidad inseparable  entre la Fe y la Razón, pero es que, ateniéndonos al lema: "Por sus frutos los conoceréis",   según Pearce. estos fueron de una abundancia asombrosa por la cantidad de personas que atrajo y continua atrayendo, después de muerto, a la Fe  por su tarea de evangelizador.

 

Conversión

 

Gilbert Keith Chesterton, nació en las cercanías de Londres un 29 de mayo de  1874 y falleció  en Beaconsfield el 14 de junio de 1936. Escritor y periodista cultivó el Ensayo. la Lírica, la Narración, el Periodismo y el Libro de viajes. Escribió su propia Biografía en la que hace patente su fe en la tradición humana, afirmando que sólo a través de ella podemos conocer muchas cosas que nunca se hubieran conocido.

 

Algunos detalles, a grandes rasgos,  que el propio Chesterton cuenta sobre su conversión:

 

"¿Por qué me convertí al Catolicismo?: Tantas cosas han motivado y tantas otras siguen surgiendo después... Todas ellas se ponen en evidencia solamente cuando la primera nos da  el empujón que conduce a la conversión misma...

 

La confirmación de la fe, vale decir, su fortalecimiento y afirmación, puede venir después de la conversión. El convertido no recuerda más tarde de que modo aquellas razones se sucedían las unas a las otras, pues pronto todas llegan a fundirse en una sola razón...

 

¡Una catedral! A ella se parece el edificio de mi fe; de esta fe mía que es demasiado grande para una descripción detallada y de la que, sólo con gran esfuerzo, puedo determinar las edades de las distintas piedras....

 

Recuerdo especialmente ahora estos dos pasos: unos autores serios lanzaban graves acusaciones contra el catolicismo y, lo que ellos condenaban me pareció precioso y deseable.
 

En el primer caso, creo que se trataba de Horton y Hocking, se mencionaba con estremecido pavor una terrible blasfemia  sobre la Santísima Virgen, de un místico  católico que escribía: "Todas las criaturas deben todo a Dios, pero a Ella, hasta Dios mismo le debe algún  agradecimiento."
Esto me sobresaltó como un son de trompeta y me dije casi en alta voz: "Que maravillosamente dicho." me parecía como si el inimaginable hecho de la Encarnación pudiera con dificultad hallar expresión mejor y mas clara que la seguida por aquel místico , siempre que se la sepa entender.

 

CONTINUARÁ...

 

 

Queridos amigos perdonarme, hoy no puedo alargarme más y tampoco quiero escribir con precipitación, pero prometo seguir el miércoles o el jueves,  ya que la conversión de Chesterton y su posible beatificación merecen ser tratadas con detenimiento; me parecen una obra de filigrana divina , ya que no se trata de un revolcón fulminante como la de tantas otras personas célebres, Paul Claudel, por ejemplo, o el mismo San Pablo, sino que la chispa fue saltando  a través de la propia razón y de acusaciones contra la Religión Católica por parte de  personajes intelectuales destacados.

 

 Es la maravilla de la gracia de Dios y sus renglones torcidos