MARTES CON ARCENDO, SÉ FELIZ

Hoy, el Capitán me ha reconducido a este post, breve, pero muy reconfortante,  al menos para mi por las circunstancias que estamos viviendo, espero que para vosotros también lo sea. Con sus palabras LA HOJA DEL ARCE nos deja un encargo: "SÉ FELIZ"

 

Esa es la voluntad de Dios que seamos felices en la tierra para hacer felices a los demás y gozar con Él en el Cielo. ¿Con cruces? SÍ, como decía San Josemaría: 

"In laetitia, nulla dies sine cruce": "Con alegría ningún día sin cruz"


 Jueves 28 de enero de 2010

SIEMPRE MÁS. SIEMPRE MEJOR

.El post de hoy, será corto. El motivo es que los virus invernales han sitiado mi fortaleza. En casa somos cuatro y cuando la mitad de mis efectivos requieren asistencia, a mi me falta tiempo.
Por eso, pido disculpas a mis aliados por mi ausencia en sus blogs y por eso también, la brevedad de este comentario, que al menos, espero sirva de reflexión.
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Aún así, aunque los virus, externos e internos me acosen, yo sigo erre que erre. Sigo insistiendo en el mismo tema.
Como ya habéis visto, por alguno de mis últimos posts, no ceso estos últimos días en el empeño de proclamar lo necesario que es ser felices. Recojo pues, esta cita de San Bernardo que acabo de leer y que refleja muy bien el camino para ser feliz. Sirve para la vida espiritual, la familiar, la profesional y la social. La cita dice así:
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"Siempre adelante,
siempre hacia arriba,
siempre más,
siempre mejor,
no te acompañes de los tibios"
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Una última puntualización, con respecto a la tibieza. La tibieza es, peor que un virus, es una enfermedad que ataca el alma, también al amor. La tibieza, es no dejárse seducir por lo fácil.
Lo difícil sólo seduce a los valientes, a los que arriesgan, a los que se atreven. Y en ese atreverse descubren lo mucho que valen.
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Así que el mensaje es… “No te contagies, huye de lo fácil, ¡SÉ FELIZ!
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Pdta./. ¡Sin que nos oiga la SGAE!: Aunque alguna parte de la cita antedicha, haya sido tomada de slogan por una buena cadena televisiva, el copyright como veis, es de San Bernardo y después de un querido bicho que me ronda, al que le dedico muy especialmente este comentario y la música que lo acompaña.