Aunque la llegada del Presidente norteamericano al Vaticano tuvo lugar el sábado 14 de junio y ya estamos a miércoles 18, quiero aportar mi visión particular sobre este encuentro. Lo que más me ha llamado la atención fue ese paseo relajante de los dos estadistas por los jardines del Vaticano.
¡Envidia de paseo!. La verdad es que soy una envidiosa compulsiva. ya sé que la envidia es uno de los siete pecados capitales, pero ¿ se imagina alguien lo que puede ser un paseo por los jardines del Vaticano en compañía del Papa?, casi, casi como haber llegado al Cielo. Y francamente, es mi opinión, que porque un señor sea presidente de los Estados Unidos tenga más derecho que yo a pasear con el Papa no me parece de recibo. Es verdad que este señor organizó un exquisito recibimiento a Benedicto XVI cuando acudió a Estados Unidos, a pie de avión en la base de Andrews, como no había hecho con otros dirigentes y como otros dirigentes nunca hicieron con el Santo padre, y no estoy mirando a la Moncloa. Más tarde le ofreció una fiesta de cumpleaños en la Casa Blanca con 1300 invitados que dicen nunca se había visto cosa semejante en dicha mansión. A mi me parecen bagatelas porque yo haría lo mismo y más, si en mi casa cupieran 1300 personas. ¡Qué menos se merece el vicario de Cristo en la tierra!.
Sigo con mi envidia, no lo puedo remediar. Los veo sentados ante la gruta de la Virgen de Lourdes que se encuentra en esos jardines, charlando amigablemente y me pregunto ¿de que hablarán?. Probablemente de la campaña emprendida por Bush para frenar el aborto.de la defensa de los valores morales fundamentales que ha llevado a cabo Bush. O de la reciente declaración de la Conferencia Epícopal norteamericana que condena la investigación con células madres embrionarias... Porque los grandes temas de Estado ya los tratarían en la reunión previa, tales como las relaciones de Estados Unidos con Europa, Oriente medio, la globalización, la puesta en marcha de los objetivos del Milenio, acordados en Naciones Unidas. Lógicamente tendrían algunas diferencias en el enfoque de tales cuestiones. Pero la sonrisa que se pudo contemplar en todas las fotografías aparecidas en la prensa, del Presidente norteamericano no era de cualquier manera, ni de compromiso, ni de talante. Amplia sonrisa de Bush, distendida como nunca, Tengo que reconocerlo, el rostro del americano se ve como transfigurado, no es el mismo. ¡Se puede sonreir de tántas maneras!, pero la suya es como esas sonrisas en las que caben todas las cosas que te preocupan, y Bush seguro que siempre tiene muchísimas preocupaciones. Su sonrisa era, sin embargo, como la que plasma un libro llamado Surco:
"Todo eso que ahora te preocupa, cabe en una sonrisa esbozada por amor de Dios".
No es de extrañar, porque Bush aunque sea protestante cree en Dios y no tiene reparos en nombrarle en muchos de sus actos oficiales. Por supuesto que América es distinta, también Dios aparece en su antigua Constitución y nadie ha sugerido ni remotamente suprimirlo de su Carta Magna. ¡Qué bien se evangelizaron aquellas tierras!.
"Todo eso que ahora te preocupa, cabe en una sonrisa esbozada por amor de Dios".
No es de extrañar, porque Bush aunque sea protestante cree en Dios y no tiene reparos en nombrarle en muchos de sus actos oficiales. Por supuesto que América es distinta, también Dios aparece en su antigua Constitución y nadie ha sugerido ni remotamente suprimirlo de su Carta Magna. ¡Qué bien se evangelizaron aquellas tierras!.
Tampoco es de extrañar la respuesta de Bush, cuando alguien le comentó que el Vaticano no era tan grande como Texas: "Si, pero es mucho más importante".
Terminaron su paseo junto a la Virgen y con el breve concierto del Coro de la Capilla Sixtina. ¿No es para morirse de envidia?.
¡Ay la sonrisa!. Claro que yo también sonreiría de aquella manera si hubiera podido pasear con su Santidad Benedicto XVI, no ya por los jardines del Vaticano, sino por cualquier otro lugar del mundo.
Terminaron su paseo junto a la Virgen y con el breve concierto del Coro de la Capilla Sixtina. ¿No es para morirse de envidia?.
¡Ay la sonrisa!. Claro que yo también sonreiría de aquella manera si hubiera podido pasear con su Santidad Benedicto XVI, no ya por los jardines del Vaticano, sino por cualquier otro lugar del mundo.
6 comentarios:
Acabo de ver el comentario que nos dejaste en nuestro blog y por, lo que veo, has borrado la entrada.
Me parece miserable que se juegue con estos temas, y encima se aprovechen de la buena voluntad de personas como tú que intentan ayudar a una familia "supuestamente desesperada" No tiene nombre.
Un abrazo
Maat: muchas gracias por tus palabras. Yo lo que siento es haberos alarmado.
Un abrazo.
Luisa: no sé que voy a hacer contigo. Aunque en el fondo me encantan tus aportaciones de humor a este blog a veces tan serio.
Gracias, Besos
¡hombre la verdad es que bush todavía está de buen ver!ja,ja
Militos, a mí también me da envidia (Bush).
Y como tú también me diste envidia me fui tres días a la playa.
Nooo, fue por estar con mi madre y volver con ella.
Ahora tengo muchas interesantes entradas tuyas para leer, que bien.
Fran; luisa y yo estábamos en ascuas por no saber donde andabas. Bienvenida, esperamos te pongas al día con el blog.
¿Te sentó bien la playa?.
Un abrazo
Cuando los giliprogres quieren mandar a paseo a Bush, seguro que no se esperaban esto xDDD
brain: los gili eso nunca dan pie con bola y lo malo es que lo pagamos todos.
Saludos
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