Gracias Militos, parece ser que han quedado las cosas claras y cada uno donde merece, te sorprendería saber lo que descubre uno. Gracias a ti y a Arcendo por unos comentarios desde el sentido común. Un abrazo
Buenísima la viñeta, y, como dice caballero zp, entendemos todos, y lo sufrimos casi todos. A mi también me has hecho llorar con tu comentario en nuestro blog. Estaré siempre en este blog aprendiendo de mis mayores porque me sacas 200 -cumplo dentro de medio mes 51-. No se si te habrás fijado, pero los que se pierden están mucho más atentos para el futuro, lo peor es los que disfrutan escondiéndose. Todavía recuerdo como me latía el corazón en los oídos cuando después de mirar por todos los rincones de la casa buscando a un pequeñajo de 3 años durante cuatro minutos ví una ventana que daba al patio entreabierta. No estaba en el patio, gracias a Dios, y apareció después escondido en un armario detrás de un abrigo. Creo que no volvió a esconderse. Necesitamos aprender de nuestros mayores; un día en una conferencia sobre la familia que patrocinaban las amas de casa se me ocurrió preguntar a las asistentes porque ellas, que presumían de sus familias y, algunas, de haber tenido muchos hijos, aconsejaban a los jóvenes que tuvieran pocos. Era un contrasentido presumir de algo y no ofrecerlo como bueno a los demás. ¡casi me linchan! Un beso María Jesús
Mi consuelo es que hay ciertas cosas que el dinero no puede comprar, como la nobleza, el valor, la integridad, el respeto...y, por qué no decirlo...el amor.
Realmente indeseables. Por lo que vemos cada día, no sé ya dónde vamos a parar. Un abrazo, Militos. Ah! Me encantó la entrada siguiente, y te confieso iba a poner un comentario pero me tocaba el número 13, y mira que le tengo idea :)
Cris, tienes razón hay cosas muy valiosas que no se compran con el dinero, pero desgraciadamente ¿Que pasará con la Independencia vasca? Un beso guapa.
Luisa tú sigue de quijote que te veo durmiendo en la calle y yo acompañándote. Besitos
Terly: el kilo de independencia debe costarLa mitad de España, tristemente. Un beso
María Jesús: a veces son las madres las que no saben enseñar a sus hijos. Mi madre tenía seis hijos y cuando yo me quedaba embarazada no me atrevía a decirselo y siempre se lo decía primero a mi padre que se ponía muy contento y me decñía: "Dios ayuda, hija mía". Luego él preparaba a mi madre y eso que ella era muy religiosa también . Me imagino que son las madres las que saben quien lleva el peso de la familia. Bueno esto era más en mis tiempos que en los vuestros. Un beso
10 comentarios:
Militos buenísima esa viñeta, creo que todo el mundo la entiende a la perfección.
Saludos
Gracias caallerozp, yo también entiendo otras cosas, como que seas casi un proscrito para algunos indeseables.
Siempre contigo, un abrazo
Gracias Militos, parece ser que han quedado las cosas claras y cada uno donde merece, te sorprendería saber lo que descubre uno.
Gracias a ti y a Arcendo por unos comentarios desde el sentido común.
Un abrazo
Buenísima la viñeta, y, como dice caballero zp, entendemos todos, y lo sufrimos casi todos.
A mi también me has hecho llorar con tu comentario en nuestro blog. Estaré siempre en este blog aprendiendo de mis mayores porque me sacas 200 -cumplo dentro de medio mes 51-. No se si te habrás fijado, pero los que se pierden están mucho más atentos para el futuro, lo peor es los que disfrutan escondiéndose. Todavía recuerdo como me latía el corazón en los oídos cuando después de mirar por todos los rincones de la casa buscando a un pequeñajo de 3 años durante cuatro minutos ví una ventana que daba al patio entreabierta. No estaba en el patio, gracias a Dios, y apareció después escondido en un armario detrás de un abrigo. Creo que no volvió a esconderse.
Necesitamos aprender de nuestros mayores; un día en una conferencia sobre la familia que patrocinaban las amas de casa se me ocurrió preguntar a las asistentes porque ellas, que presumían de sus familias y, algunas, de haber tenido muchos hijos, aconsejaban a los jóvenes que tuvieran pocos. Era un contrasentido presumir de algo y no ofrecerlo como bueno a los demás. ¡casi me linchan!
Un beso
María Jesús
La verdad es que más gráfico no se puede ser...
Mi consuelo es que hay ciertas cosas que el dinero no puede comprar, como la nobleza, el valor, la integridad, el respeto...y, por qué no decirlo...el amor.
Un saludo
¿Sabes tú, Militos, a cuanto se paga el kilo de independencia?
Un beso
Realmente indeseables. Por lo que vemos cada día, no sé ya dónde vamos a parar.
Un abrazo, Militos.
Ah! Me encantó la entrada siguiente, y te confieso iba a poner un comentario pero me tocaba el número 13, y mira que le tengo idea
:)
Gracias Martha. ¿No me digas que te asusta el 13?, jajaja...
Un abrazo y gracias por tu visita
Cris, tienes razón hay cosas muy valiosas que no se compran con el dinero, pero desgraciadamente ¿Que pasará con la Independencia vasca?
Un beso guapa.
Luisa tú sigue de quijote que te veo durmiendo en la calle y yo acompañándote. Besitos
Terly: el kilo de independencia debe costarLa mitad de España, tristemente.
Un beso
María Jesús: a veces son las madres las que no saben enseñar a sus hijos. Mi madre tenía seis hijos y cuando yo me quedaba embarazada no me atrevía a decirselo y siempre se lo decía primero a mi padre que se ponía muy contento y me decñía: "Dios ayuda, hija mía". Luego él preparaba a mi madre y eso que ella era muy religiosa también . Me imagino que son las madres las que saben quien lleva el peso de la familia. Bueno esto era más en mis tiempos que en los vuestros.
Un beso
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