LOS SOCIALISTAS CATALANES EN CELO

Vergonzante me resulta lo que ocurre en España, por muchos motivos, pero el último invento de la propaganda socialista en el período electoral, es de traca y cañonazo. No puedo entender cómo los ciudadanos tragan con carros y carretas, cómo se dejan someter por una clase política que no puede representarlos y si realmente se sienten representados por ellos, yo arrojo la toalla y admito que este país no tiene arreglo, algo que nunca he querido aceptar.

Por sí solas las campañas electorales vienen a ser mareantes, prometiendo el oro y el moro (lo del moro  si es factible) a todo quisqui, peor para el que se lo crea, pues ya  dijo un encumbrado socialista, el señor Tierno Galvan, que las promesas electorales estaban para no cumplirlas. A esto ya nos tienen acostumbrados.

De igual manera aceptamos los ataques y malos modos de unos y otros a la hora de descalificar a sus oponentes.

Y carteles destacados por todos los lugares estratégicos de ciudades y pueblos, con las mejores sonrisas y gestos amables de los candidatos.

Musiquitas, altavoces, y demás parafernalia... con la que se pretende justificar las subvenciones, legales o no,  a los partidos. En fin, todo un carnaval politicastro fuera de calendario.

Por ello pasamos, lo aceptamos, porque se nos ha hecho creer que todo es imprescindible para la buena marcha de la Democracia.

Sin embargo, llegar al punto de zafiedad al que ha llegado  el partido socialista catalán, es nauseabundo. Me da lo mismo que Montilla se sienta con el agua al cuello por miedo, sobre todo a la abstención, pero consentir en su campaña unos videos "asquerositos" que supuestamente atraerán a sus electores a las urnas es denigrante para los catalanes. Comparar el acto de votar con un orgasmo, ¡obsesionados que están con el tema!, o mejor dicho que éste se produce por dicha acción, es denigrar al pueblo catalán. ¿Quién puede sentirse atraído por semejante zafiedad? Sin duda, la exministra AIDO que exhibía la mejor de sus risas cuando la preguntaban por ello; tal como el día en que celebraba, con sus compañeras de banquillo, la aprobación de la condena a muerte de miles o millones de inocentes en el vientre de su madre-

Me duele porque Cataluña sigue siendo España, pese a quien pese.

Nunca nadie puede obligarme a renegar de mi Patria, pero sí abomino de los políticos que la están maltratando, en todos lo terrenos, hasta el extremo de una dudosa recuperación.