¡¡FELICIDADES!! 4 AÑOS AGUANTÁNDOME

Este blog cumple hoy 4 años de existencia, aunque mi vida bloguera comenzó justo un año antes con otro de mis blogs: Noray. 

Noray es un blog de recuerdos, pero al poco tiempo de su creación comprendí que además de recordar, tenía algo que decir sobre política, religión y todo lo que constituye responsabilidad nuestra  como personas integradas en una sociedad española y universal que nos importa, que amamos y de la que queremos sentirnos orgullosos. Eso fue lo que me movió a crear De Dentro. Es verdad que ya he tenido algunas tentaciones de cerrarlo, por disgustos, por cansancio, desánimo, sin embargo, siempre ha habido alguien que me ha impulsado a continuar. En estos momentos, no sé si me alegro o no de seguir aquí, pero hay una especie de iman del que, por ahora no puedo despegarme, Dios dirá...

Es esa fuerza, que tal vez venga de lo alto, una exigencia que te obliga a no desertar de una lucha por lo justo, lo noble, lo de Dios y por Él, lo del hombre. Lucha que no puedes emprender de otro modo que a través de la palabra escrita, aunque pienses que el ámbito de escucha sea muy reducido y que no sirve para mucho. Si una pudiera estar en otro lugar más destacado, en el Parlamento, ser cabecilla de un partido político, presidente de una asociación, dueña de una empresa, Banco de Santander, por ejemplo, tendría más influencia en la sociedad para intentar cambiarla, pero así, en tu hogar, sin apenas moverte de tu sitio, raramente podrás hacer algo grande... Eso es lo mío, siempre fue lo poquito. Por eso y por otras muchas cosas, intentaré seguir con este blog mientras Dios quiera, sienta o no sienta que al otro lado de mi pantalla estáis algunos de vosotros y que tengo algo que deciros, aunque sean tonterías.

Hay que ver, en cuatro años, sólo he publicado 976 post, 77 con éste (no cuento los de mis otros blogs porque esos salen cuando salen y no me exigen esfuerzo alguno)  y muchos de ellos no dicen nada, pero algunos sois tan constantes en seguirme fielmente que, aunque haya perdido a otros, intentaré, con la ayuda de Dios, no desmerecer de vuestro seguimiento.

Sólo me queda daros las gracias emocionada por vuestra paciencia y vuestro cariño que tantas veces he sentido cerca, muy cerca, de mis inquietudes, de mis sentimientos y de las preocupaciones  familiares de las que os he hecho partícipes.

Que Dios os lo pague y premie  en esta vida y en la otra.

Os quiere

Militos