HOY ESTUVE ALLÍ

En espíritu y gracias a la televisión por  INTERECONOMÍA,  acabo de estar presente en la Misa de campaña que, por quinto domingo, celebran los Benedictinos, en la explanada de la Basílica Pontificia del Valle de los Caídos.

Lo que más me ha impresionado ha sido la devoción con que todos los presentes seguían la Misa, devoción que también ha calado en mi, a pesar de los kilómetros que me separaban de ellos. La profunda capa de nieve sobre aquel hermoso, incomparable,paisaje de la Naturaleza, obra del Creador, a pesar del frío que se adivinaba por la vestimenta y el rostro de los fieles,  se convertía en oleadas de auténtico calor humano y divino, por la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo Redentor en el improvisado Altar

Las fotografías son de Google y corresponde a días anteriores donde no nevaba, pero si llovía en abundancia

El único objetivo de los fieles católicos que acuden a esta Misa, desde distintos puntos de España, segun sus propias declaraciones, es el de acompañar al Señor en el Altar, así como apoyar a los monjes Benedictinos en el aislamiento al que se verían sometidos, ante el cierre decretado por el gobierno con falsas medidas de seguridad. Entre los asistentes se encontraban los padres, (siempre han acudido a dicha Misa, pero dentro del Templo) de aquellos niños de la Escolanía perteneciente a la Basílica donde estudian música y parte de la E.S.O. hasta el segundo curso.

La nieve caía sin parar formando una profunda capa a los pies de todos los presentes, (algunos niños pequeños jugaban con ella), cuando, terminada la celebración, el Oficiante bendijo con el Cuerpo de Cristo a los fieles y a los que en la lejanía, cercanos gracias a  la pantalla, lo presenciábamos. A continuación y bajo palio, el Señor regresó a la Abadía, alabado por el himno compuesto por  Luis Aramburu y letra de Jose María Pemán  para el congreso Eucarístico (Yo asistí al Congreso  con mi colegio) celebrado en Barcelona el año 1952: 

 "...Cristo en todas las almas y en el mundo la paz..." (estribillo) 

Al finalizar la Misa el Abad, Don Anselmo Alvarez,

pronunció unas palabras de agradecimiento a los fieles, diciendo:

  "El dedo de Dios está aquí", añadiendo que  esa presencia masiva y continuada en la misa de campaña, sea un mensaje silencioso en el corazón para pedir que no se prolongue el cierre de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. "...Es vuestro derecho a celebrar la Eucaristía dentro de la Casa de Dios. En las manos de Dios está el que se abran las puertas para la oración en el Templo. Él tendrá la última palabra para acelerar ese momento..."

Su recomendación fue que, a parte de los requisitos legales que se están llevando a cabo, nuestro deber como católicos era presionar al Cielo con nuestra oración para poder estar muy pronto en nuestra Casa.  

Quiero dar las gracias a Intereconomía por esta maravillosa oportunidad que nos brinda de participar, a los que no podemos asistir en presencia física, en esa incomparable Misa de campaña, que quiera Dios pronto se pueda celebrar dentro de la Basílica.

También quiero añadir que la Basílica se sostiene, sin ninguna subvención estatal, con algunas aportaciones particulares y sobre todo, con lo que se obtiene de las visitas de los turistas, aportación de la que se ven privados los monjes por este cierre, perjuicio económico de grandes dimensiones.