Acaba de entrar el Invierno, hace un frío que pela, pero ya estamos cerca, llegando a nuestro destino, donde nos aguarda el calor de los calores, el verdadero Sol del mundo. Ya se oyen los cánticos, las panderetas y hasta un tambor. Por el camino vine pensando en este increíble Nacimiento en Belén. Sé que los protagonistas son María y el Niño, pero algo me viene ocurriendo durante todo el Adviento de este 2010... . No conozco la causa y sin embargo, José ha sido mi compañero estos días últimos. Tal vez porque necesito la fe y la fortaleza del padre terreno del Salvador para vivir los acontecimientos, aparentemente adversos, que vemos y sentimos a nuestro alrededor.
Le he visto preocupado, sin armar escándalo, alejarse de María porque no llega a entender lo que sucede. Presiente un misterio del que no participa y únicamente, cuando es llamado a cumplir la Voluntad de Dios tomando a María por esposa, pone toda su vida a disposición de esa sagrada misión. Pudo pensar que eran figuraciones, objeto de un sueño, producto del subconsciente..., pero aquella aceptación inmediata de lo revelado, no es nada más que el fruto de una persona totalmente integrada en Dios, ni siquiera en sueños se separa de Él.
Podemos aprender mucho de esta integridad de San josé, de este don recibido de Dios. Estamos viviendo unos tiempos donde la personalidad de muchos cristianos parece desdoblarse entre lo que deben a Dios y a la religión que profesan y su comportamiento ante decisiones políticas o modos de actuar en la sociedad. Es urgente y necesario que todos y cada uno de los que nos llamamos católicos obremos en todo momento de manera absoluta y acorde con lo que creemos. Es urgente y necesario dar la cara, saber que Dios no espera otra cosa de nosotros, apechugar con las consecuencias de vivir en cristiano, aunque eso nos cueste un puesto de trabajo, un escaño en el parlamento, la pérdida de amigos e incluso la vida, como la están perdiendo nuestros hermanos, en pleno siglo XXI, en muchos lugares del mundo.
José acepta, José cree, José confía y José emprende una nueva vida que seguramente le lleva a torcer sus planes porque no eran los que Dios tenía trazados para Él.
Pongamos nuestra vida espiritual y material, con sus problemas diarios, en sus manos, hagamos de San José nuestro protector para que nada ni nadie nos separe del plan que Dios tiene para cada uno.
Puede que éste sea el propósito de
una nueva Navidad
DIOS CON NOSOTROS
7 comentarios:
Pues si Militos, va llegando el momento de dar testimonio de levantarnos y no quedarnos apoltronados en una anquilosada fé, aprendamos de San José y confiemos... preciosa y rica entrada.
abrazos
Si no se siente a Cristo, la Navidad carece de sentido. Es su Fiesta, su cumpleaños, y es por Él y para Él, y para compartir y dignificar a la Familia en la que Él ha tenido a bién hacernos nacer. Un beso ¡¡¡
Me gustan los que hablan de San José. Son los que penetran en la intimidad de la vida de Jesús y María. Son los que saben reconocer su amor y humildad. Gracias por ser tú una de los que lo hacen. Preciosas imágenes las que acompañan al post.
Un beso
Que calor más agradable el que irradia el Belen, vamos a acercarnos todos a él que necesitamos calentarnos.
Feliz Navidad y un abrazo
Mili, San José es el modelo de ser humano de la fe, cuantas cosas vivió con mucho silencio, pero una gran fé. Creo que hay mucho que aprender de él.
Besos
Qué san José, custodio del Redentor y de la Iglesia, nos ayude a vivir con intensidad estas fechas de esperanza. ¡Feliz Navidad y un abrazo, Militos!
FELIZ NAVIDAD
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Nos llega del Cielo,
¡gotita de miel!...
un Niño ha nacido,
se llama Enmanuel.
.
María le canta,
le canta José
y los pastorcillos
le cantan también.
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Gitanos y payos
se unen en fe
y tocan las palmas
y dicen ¡olé!...
.
Terly
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Un fuerte abrazo.
Juan José
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