El de ayer fue un día para mi de acción de gracias, este año la llegada de Cristo Rey me cogió de improviso, se me hacía demasiado pronto para su fiesta y más sabiendo que con ella terminaba el venturoso Año de la Fe convocado por Benedicto XVI. Sé que no valen las disculpas, pero desde la noche, los huesos, mis huesos, quisieron hacerse notar más de lo acostumbrado, que ya es bastante. Era Cristo Rey y parecía imposible que pudiera ir a Misa.
Rezo tras rezo, a las 7 de la tarde decidí arreglarme y retar a mi Ángel Custodio para que me echara una mano, lo hizo y, paso a paso, llegué a celebrar con mi Parroquia una de las fiestas más grandes del año litúrgico.
En mi Eucaristía, sólo repetía una palabra:
Gracias, Gracias, Gracias.
Y este martes, vuelvo a repetirla por otro motivo:
Gracias Señor, Rey del Universo y de nuestras almas, gracias por nuestro hermano del alma, Arcendo, gracias porque fue dejando en su blog "La Hoja del Arce", trozo a trozo, su alma, vida y corazón para que nosotros los recogiéramos como bálsamo, antorcha y acicate en nuestro caminar hacia ti.
Gracias, Cristo Rey por este post y todos los suyos.
22 de noviembre de 2009
VASALLO DEL REY, ¡QUE GRAN HONOR!
Señor, te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho, por Tí ha sido creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Te rindo honor y vasallaje.
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Hazme Magnánimo en mi vida: escogiendo todo cuanto sube hacia arriba, no lo que se arrastra hacia abajo.
Magnánimo en mi trabajo: viendo en él no una carga, sino la misión que Tú me confías.
Magnánimo en el sufrimiento: verdadero soldado tuyo ante mi cruz, y verdadero Cireneo para las cruces de los demás.
Magnánimo con el mundo: perdonando sus pequeñeces, pero no cediendo en nada a sus máximas.
Magnánimo con los hombres: leal con todos, sacrificado por los humildes y celoso por arrastrar hacia Ti a todos los que me aman.
Magnánimo conmigo mismo: jamás replegado sobre mí, siempre apoyado en Ti.
Magnánimo contigo: Oh mi Cristo , Oh mi Rey: orgulloso de vivir para servirte, dichoso de morir, para perderme en Ti.
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Te ofrezco, mi DIOS, mis pobres obras para que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que se establezca en todo el mundo tu Reino de Paz.
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Hazme Magnánimo en mi vida: escogiendo todo cuanto sube hacia arriba, no lo que se arrastra hacia abajo.
Magnánimo en mi trabajo: viendo en él no una carga, sino la misión que Tú me confías.
Magnánimo en el sufrimiento: verdadero soldado tuyo ante mi cruz, y verdadero Cireneo para las cruces de los demás.
Magnánimo con el mundo: perdonando sus pequeñeces, pero no cediendo en nada a sus máximas.
Magnánimo con los hombres: leal con todos, sacrificado por los humildes y celoso por arrastrar hacia Ti a todos los que me aman.
Magnánimo conmigo mismo: jamás replegado sobre mí, siempre apoyado en Ti.
Magnánimo contigo: Oh mi Cristo , Oh mi Rey: orgulloso de vivir para servirte, dichoso de morir, para perderme en Ti.
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Te ofrezco, mi DIOS, mis pobres obras para que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que se establezca en todo el mundo tu Reino de Paz.
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Publicado por Arcendo en 00'06
4 comentarios:
Gracias, gracias y gracias.
Un beso.
Vengo para cantarte: ¡Muchas felicidades!, mi querida Militos.
Se me olvidó ayer decirte: todo lo que deja Arcendo a través de ti, está cargado de ESPERANZA. Es una bendición leerlo. Esperanza ante la llegada del Adviento, y en todo momento. Este blog de Hoja y el tuyo no se pueden perder, seríamos "tontos de capirote".
Mil gracias y un montón de besos.
FELIZ CUMPLEAÑOS MILI, QUE DIOS TE BENDIGA !!!
Muchas gracias, Rosa y Boss, no sabéis lo que echo de menos hoy a nuestro Arcendo, siempre me tenía alguna sorpresa para este día, en su blog o en el correo, de esas tan bonitas que el componía.
Os quiero un montón, a los dos.
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