
En principio la idea era escribir únicamente sobre mujeres españolas, pero al encontrarme con Gertrudis Gómez de Avellaneda que fue considerada como destacada pluma del románticismo español y cubano, no puedo por menos de incluirla en esta selección. Pasó muchos años en España y en ella realizó su obra literaria. Y sobre todo siendo por entonces su lugar de nacimiento,Cuba, colonia española que no se perdió hasta el año 1898, considero que su nacionalidad podía ser tan española como la de cualquiera de las otras mujeres que destacaron en sus días por diversos y notorios aspectos. Quiero añadir que el hecho de que las destaque por su relevancia artística, literaria o de cualquier otra índole no quiere decir que en todos los casos su vida fuera ejemplarizante, como lo fue la de las dos primeras que ya he publicado, Beatriz Galindo y Concepción Arenal.
Gertrudis Gómez de Avellaneda nació en Santa María de Puerto Príncipe, hoy Camaguey, el 23 de Marzo de de 1814 y vivió en esa ciudad hasta 1836 que su familia se trasladó a España. Durante la travesía compone sus versos más conocidos, con el título Al Partir. Más tarde establecen su residencia en La Coruña y su nombre empieza a sonar en el mundo literario cuando se traslada a vivir Sevilla, con la publicación de numerosos versos en periódicos, utilizando el seudónimo de La Peregrina.
En Sevilla vive una relación amorosa con un joven estudiante de Leyes que ella definió como el gran amor de su vida a pesar de no ser correspondida en la medida que ella exige. Cuando él fallece se publican las cartas escritas por Gertrudis donde se revelan sus sentimientos más íntimos.
En 1840 pasa una temporada en Madrid y forma parte del grupo de escritores y poetas de la época que la animaron a la publicación de su primera colección de poemas, con gran exito. Abandona la composición lírica para escribir teatro, género literario en el que también cosecho el triunfo. Su primer estreno en Madrid fue en 1844 con la obra Munio Alfonso.
Ese mismo año de su estreno como dramaturga, conoce al poeta Gabriel Garcia Tassara. Con él tiene una relación trágica donde se mezcla el amor con los celos y el orgullo. Gabriel no quiere contraer matrimonio con ella pero intenta conquistarla como trofeo ante todos los que tiene a su alrededor. Ers Gertrudis, conocida como Tula, mujer con un gran carisma y fuerte personalidad, de gran belleza que destacaba en los ambientes donde se movía. Finalmente cede ante él y éste la abandona dejándola embarazada. Piensa que su embarazo siendo soltera va a acarrearla el desprecio y aislamiento de la sociedad de mediados del XIX, que repercutiría en su quehacer literario. Escribe en esos momentos su "Adios A la lira".
Su hija María a la que ella llama Brenilde, nace muy enferma y muere a los siete meses de edad,
Algo más tarde, en 1846, contrae matrimonio con Pedro Sabater, pero un año después de su boda queda viuda. Su dedicación a la literatura fue la tabla de salvación para esta mujer de trayectoria personal realmente infeliz. En el año 1854 en pleno éxito de sus obras tanto entre el público como por la crítica, decide presentar su candidatura a la Real Academia Española. Junto a ella Emilia Pardo Bazán, propone a Concepción Arenal pero ninguna de las dos es aceptada, sin duda demasiado pronto para un acontecimiento semejante. Continua escribiendo y en 1858 estrena un drama Baltasar, con el que consigue un triufo tal que compensa las anteriores contrariedades.
Dos años más tarde de este estreno decide volver a casarse, esta vez con un político influyente, Domingo Verdugo. Regresa a Cuba en 1859 donde vive cinco años y en una fiesta en el Liceo de La Habana fue proclamada Poetisa Nacional.
A la muerte de su segundo esposo, Domingo Verdugo, se entrega a una verdadera conversión espiritual, de alto grado místico. Abandona Cuba a la que no regresa más y, después de un viaje por Estados Unidos, se instala en Madrid donde muere el 1 de Febreo de 1873 a los 58 años de edad. Fue enterrada en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Gertrudis Gómez de Avellaneda nació en Santa María de Puerto Príncipe, hoy Camaguey, el 23 de Marzo de de 1814 y vivió en esa ciudad hasta 1836 que su familia se trasladó a España. Durante la travesía compone sus versos más conocidos, con el título Al Partir. Más tarde establecen su residencia en La Coruña y su nombre empieza a sonar en el mundo literario cuando se traslada a vivir Sevilla, con la publicación de numerosos versos en periódicos, utilizando el seudónimo de La Peregrina.
En Sevilla vive una relación amorosa con un joven estudiante de Leyes que ella definió como el gran amor de su vida a pesar de no ser correspondida en la medida que ella exige. Cuando él fallece se publican las cartas escritas por Gertrudis donde se revelan sus sentimientos más íntimos.
En 1840 pasa una temporada en Madrid y forma parte del grupo de escritores y poetas de la época que la animaron a la publicación de su primera colección de poemas, con gran exito. Abandona la composición lírica para escribir teatro, género literario en el que también cosecho el triunfo. Su primer estreno en Madrid fue en 1844 con la obra Munio Alfonso.
Ese mismo año de su estreno como dramaturga, conoce al poeta Gabriel Garcia Tassara. Con él tiene una relación trágica donde se mezcla el amor con los celos y el orgullo. Gabriel no quiere contraer matrimonio con ella pero intenta conquistarla como trofeo ante todos los que tiene a su alrededor. Ers Gertrudis, conocida como Tula, mujer con un gran carisma y fuerte personalidad, de gran belleza que destacaba en los ambientes donde se movía. Finalmente cede ante él y éste la abandona dejándola embarazada. Piensa que su embarazo siendo soltera va a acarrearla el desprecio y aislamiento de la sociedad de mediados del XIX, que repercutiría en su quehacer literario. Escribe en esos momentos su "Adios A la lira".
Su hija María a la que ella llama Brenilde, nace muy enferma y muere a los siete meses de edad,
Algo más tarde, en 1846, contrae matrimonio con Pedro Sabater, pero un año después de su boda queda viuda. Su dedicación a la literatura fue la tabla de salvación para esta mujer de trayectoria personal realmente infeliz. En el año 1854 en pleno éxito de sus obras tanto entre el público como por la crítica, decide presentar su candidatura a la Real Academia Española. Junto a ella Emilia Pardo Bazán, propone a Concepción Arenal pero ninguna de las dos es aceptada, sin duda demasiado pronto para un acontecimiento semejante. Continua escribiendo y en 1858 estrena un drama Baltasar, con el que consigue un triufo tal que compensa las anteriores contrariedades.
Dos años más tarde de este estreno decide volver a casarse, esta vez con un político influyente, Domingo Verdugo. Regresa a Cuba en 1859 donde vive cinco años y en una fiesta en el Liceo de La Habana fue proclamada Poetisa Nacional.
A la muerte de su segundo esposo, Domingo Verdugo, se entrega a una verdadera conversión espiritual, de alto grado místico. Abandona Cuba a la que no regresa más y, después de un viaje por Estados Unidos, se instala en Madrid donde muere el 1 de Febreo de 1873 a los 58 años de edad. Fue enterrada en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Entre sus obras más famosas se encuentra la novela Sab que aborda por primera vez el tema de la abolición de la esclavitud.
He entresacado entre sus muchas poesías, algunas dedicadas a su patria de origen, Cuba, la que dejo a continuación porque refleja esa profunda conversión en la que halló la paz en sus últimos días.
A DIOS
¿No es delirio, Señor? Tú, el absoluto
en belleza, poder, inteligencia;
Tú, de quien es la perfección, esencia
y la felicidad santo atributo;
Tú, a mí, que nazco y muero como el bruto,
Tú, a mí, que el mal recibo por herencia,
Tú a mí, precario ser, cuya impotencia
sólo estéril dolor por fruto...
Tú me buscas ¡oh Dios! Tú el amor mío
te dignas aceptar como victoria
ganada por tu amor a mi albedrío?
¡Sí! no es delirio: que a la humilde escoria,
digno es tu supremo poderío
hacer capaz de acrecentar tu gloria!