MI FELICITACIÓN

Amado Niño Jesús:

Aunque todavía estamos aguardando tu venida, quiero desde hoy dejar mi súplica a tus pies, por dos razones:

Primera: porque cuando llegues el 24 de madrugada, te van a atosigar todos los cristianos con sus peticiones y aunque Tú lo escuchas todo, para eso eres omnipotente, prefiero adelantarme para que repases despacio mis peticiones. Sin prisas Niño mío...

Mi segunda razón: es que yo también voy a estar muy ocupada en ese momento atendiendo a mi familia. Claro que ya sabes que este año ando algo apenada porque no pueden venir todos, pero ya me encargaré de que te reciban lo mismito que si estuvieran en mi hogar. No quiere decir que por atenderlos a ellos, me vaya ese día a olvidar de Ti y de lo que te quiero pedir, pero así hablando más tranquilos en esta soledad del blog, nos vamos a entender mejor. Tú no te preocupes, Jesusito, que lo que te voy a decir es muy fácil de comprender, sólo deseo que eches una miradita a esa columna que tengo a la izquierda, o mejor a la derecha tuya, donde aparece una lista de nombres. ¿Los ves?, pues esta tarde tranquila quiero traerlos a tus pies y que, desde donde ellos se encuentren en estos momentos, Tú los veas y sobre todo los mires con toda tu ternura de Niño divino. No te dejes a ninguno sin mirar, por favor. Al mirarlos bendícelos y estréchalos entre tus brazos, apretaditos, como los tienes en esa foto tan bonita. Sé que en ese abrazo les vas a conceder lo que cada uno necesita para vivir cara a Tí y cara a los hombres. Concédeles no lo que yo te pida, sino lo que sólo Tu sabes que necesitan. Especialmente pido que te vuelques con los que más comentarios me hacen cuando escribo alguna entrada, y con los que se han apuntado como seguidores de DE DENTRO, no por predilección, sino porque creo es de justicia. Me gustaría nombrarlos uno a uno, sin embargo te iba a marear un poco, por eso lo dejo a tu entender que eres el que lo sabe todo. También quiero decirte que lo más seguro es que se acerquen por aquí, de vez en cuando, algunos que no estén en la lista... Ya sabes, añádelos Tú sin ningun reparo porque a todos deseo que les llegue tu bendición y tu abrazo.

Ya te dejo; tengo explicar un poco de dónde ha salido esta imagen tuya que tanto me gusta.

Jesús, Niño mío: "Míranos como somos y haznos como Tú quieres que seamos".

HISTORIA DEL NIÑO DE SAN JOSEMARÍA

Muchos ya conoceréis la historia de esta imagen del Niño Jesús. Es una talla pequeña de madera del siglo XVII que se encuentra en el convento de Santa Isabel de la calle Atocha de Madrid, Real Monasterio de Agustinas Recoletas. Uno de los tesoros que no se quemaron en el incendio del convento en la Guerra Civil.

Desde 1931 hasta 1946 fue capellán y Rector Mayor del mismo, Monseñor Escrivá de Balaguer. Las religiosas contemplativas conservan un gran recuerdo, pasado de unas a otras, de aquel joven sacerdote, hoy San Josemaría, que ellas definen como:"amantísimo de la Eucaristía y muy dado a la oración". Recuerdan también como acostumbraba a llevarse a su habitación, él residía en el propio Monasterio, esta imagen del Niño Jesús. Alguna religiosa fue testigo de gracias extraordinarias que el santo recibió del Niño Divino, representado en la figura de madera. Cuentan que le cantaba y bailaba entre sus brazos y parece ser, (no es necesario que todos lo creáis pues el mismo fundador del Opus Dei nunca quiso ser milagrero), que alguna vez se volvió de carne real en sus manos.

Este Niño, las religiosas lo exponen cada Navidad y lo dan a besar a los fieles que se acercan al convento, que por cierto, acuden de todos los paises del mundo para verlo. Las mismas religiosas lo llaman el Niño de Monseñor Escrivá.

Y por hoy termino, deseando a todos una Feliz Navidad y un Año Nuevo sin sobresaltos y lleno de alegría.