FIN DE FIESTA

No me queda más remedio que rectificar. La orquesta PLATINO, por cierto Blumun si me lees que sepas que todos los componentes eran valencianos, que comenzó con la Campanera, que Terly se sabe de memoria, fue, con gran acierto, superándose música a música de los pasadobles a Camilo Sexto, Rafael, Fórmula V, Los Bravos, Loquillo, Los Secretos, De Juanes, el Canto del Loco, Pereza...Julieta Benegas y muchos más. Lo siento Arcendo, nada de Eric Clapton. Así hasta las tres de la madrugada.
Descanso que se aprovecha para soltar la vaquilla. ¡Luisa, Luisa!... no conseguí defenderla de las huestes juveniles por más que lo intenté. La verdad es que andaba ya un poco floja de tanto mover el esqueleto.

La auténtica superación vino después, cuando los PLATINO arremetieron con el rok duro y la plaza se pobló de juventudes, demasiado tempranas para los cubatas que pasaban de mano en mano y de garganta en garganta. Algo que no acabo de entender. ¿Por qué la juventud necesita tanto alcohol y algo más, para sacar afuera esa diversión natural que el hombre, hecho a semejanza de Dios, lleva siempre dentro?. Confieso que yo tomé medio wyski con hielo y agua (algo que también me enseñó mi padre) porque la cocacola me sienta fatal y lo pasé mejor que nadie. Tanto es así que mi acompañante optó por guardarnos el sitio en un banco muy solicitado. Le comprendo perfectamente porque se llevó una gran desilusión cuando, en medio del fragor de la batalla roquera, no se le ocurre otra cosa que acercarse al escenario y solitar a la orquesta que tocase el TANGO AZUL, ¡AUTÉNTICO!. Se tomó la negativa como un gran desaire, más que nada porque le parecía un insulto que no conocieran tan entrañable melodía de nuestros años mozos. Lo cierto es que no está del cielo que él y yo podamos bailar algún vez la que fue nuestra música de encuentro, nunca bailada y siempre recordada.
Con gran fuerza de voluntad resistimos hasta las cinco de la mañana. Que nadie se escandalice pero la que suscribe realmente necesitaba este año semejante desahogo.

Lo mejor de la noche fue conseguir que mi nieto, de 16 años, bailara conmigo. No lo hacía desde que cumplió los cinco Y si viérais como me envidiaban las quinceañeras de alrededor que no podían entender que no quisiera bailar con nadie más. Sólo fue aquello "DE PRINCESAS... Y DE CUENTOS...", si no me equivoco del grupo PEREZA. ¡Pero que satisfacción!.

ADVERTENCIA:
La orquesta PLATINO,hizo varias fotos para su página web en preparación. Si descubrís a alguna, entradita en años, con un pañuelito verde pistacho en el cuello, distintivo de las fiestas, bailando con un mozalbete no seáis mal pensados: ¡es mi nieto!.
Antes del baile