Brighton está repleto de iglesias protestantes y logias masónicas, pero para encontrar una iglesia católica tuvimos que recorrer media ciudad. Al fin la encontramos. Y para más satisfacción, con una gruta de la Virgen de Lourdes que con toda seguridad, nos ayudará en la misión que nos trajo a Brighton. Junto a la puerta de salida, un santo verdaderamente milagroso, el padre Pio. Más tarde nos enteramos de la existencia de una iglesia dedicada a santo Tomás Moro que me hubiera encantado visitar, Se encontraba muy lejos y ya no contábamos con tiempo suficiente.
2 comentarios:
Que alegría da. Recuerdo que en Edimburgo teníamos cerca una iglesia, que era donde ibamos a misa en inglés, recuerdo a su sacerdote, canoso con barbas y con cara de bonachón, el Padre Ralph (Rafael), encantador.
La verdad que lo pasamos muy bien.
Besos desde España.
PD: Espero que todo vaya bien, seguimos con el encarguillo.
Tienes razón, yo hasta que no entré en la iglesia católica me encontraba como un extraterrestre fuera de lugar. ¡Mi casaaa!
besos, guapa
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