¿CUAL ES TU REINO?

Ayer domingo celebrábamos con la liturgia la festividad de Cristo Rey. Lo lógico es que la fiesta de cada domingo nos dure al menos para toda la semana, lo ideal sería para toda la vida, pero eso es otro cantar.

Es frecuente que a algunas personas les moleste esta imagen de Jesús reinando porque piensan en un trono elevado y barroco como los de los reyes de este mundo, sin recordar que su primer trono en aquella entrada triunfal de Jerusalen, donde ya le aclamaban como Rey, fue un simple borriquillo. Por eso prefieren verle siempre pobre, como fue su vida en la tierra. Son ganas de tergiversarlo y enredarlo todo. Aunque la verdad es que, Jesús, a veces cuesta entenderte y cuesta entender el Evangelio y mira que nos lo sabemos de pe a pa. De tan leído ya ni pensamos en él.

Cuesta entenderte, Señor, primero dices: "tú lo has dicho", para asegurar a Pilato que eres Rey, luego que tu Reino no es de este mundo, cuando ya antes habías explicado a tus discípulos que el Reino de Dios está dentro de nosotros. Perdona que te diga, Jesús, no quiero faltarte al respeto pero así no hay quien se aclare. Como no nos des luces especiales nos vamos a quedar más despistados que Pilato en el Credo. Que ya me dirás ¿qué hace Pilato en nuestro símbolo de la fe?. Bueno eso es más entendible porque marca la realidad de tu momento histórico, para aventar las dudas de tu paso por la tierra. Y ¿qué pasa con tu Reino?, desde luego por lo que vemos a diario no lo tienes en España, ni en Europa ni en otro Continente. Si así fuera, si tu reinases como cualquier gobernante terreno no sucederían las mostruosidades que leemos cada día en la prensa, habría paz y habría más amor.

Como esta noche no quieres contestarme, he decidido investigar por mi cuenta. LLegando a la conclusión de que sí eres Rey, más no de poder e imposiciones. Sí tienes un Reino aquí en la tierra pero no está terminado del todo. Si así fuera no tendríamos que rezar en el Padrenuestro, la oración que Tú mismo nos enseñaste: "Venga a nosotros tu Reino...". Con tu venida a este mundo, tus enseñanzas, tu muerte y tu resurrección, nos dejaste aquí un reino incompleto, sin terminar para que nosotros y los que vengan después de nosotros lo acabáramos. Cada uno de nosotros tenemos que concluirlo. Por eso dices que el Reino de Dios está dentro nuestro, para que sepamos construirlo mientras dure la vida en la tierra.

¿Cómo lo haremos, Señor? No hay más que leer el Evangelio de hoy para saber los pasos que debemos dar. Ünicamente así se terminará esa gran obra de tu Reino.

"Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la carcel y vinisteis a verme".

"Señor, ¿Cuando te vimos con hambre y te alimentamos o con sed y te dimos de beber; cuando te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos; ¿cuándo te vimos enfermo o en la carcel y fuimos a verte?

Mateo 25, 31-46

Y Tú, Rey de amor y no de poder porque ¿en qué reino o gobierno de la tierra existen leyes parecidas a esas para ser ciudadanos del mismo?

responderás:

Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis"

Y entonces dirás a los de la izquierda...

Bueno, Jesús, déjalo eso ahora no me interesa, esta noche quiero escuchar sólo lo positivo, lo que tenemos que hacer los que queremos acabar tu Reino, ese reino que depositaste sin terminar dentro de cada uno de nosotros.

¡Venga a nosotros Tu Reino!