ÍNTIMO BALANCE

Quiero hoy dedicar este post a dar gracias, a Dios y a los hombres, por mi vida plena, por los hijos que a mi alrededor llenan mi mesa ("Como brotes de olivo, en torno a tu mesa, Señor"), por los nietos que prolongan mi vida, por el marido que a mi lado ha pasado más amor, más cosas y más años conmigo que sin mi. Señor, has estado grande con nosotros, tu amor lo veo cada día en el de ellos. Cuántas veces me he quejado de mi falta de soledad, de la escasez de horas para mi misma, siempre con alguien al lado cuando quería dedicarme a escribir, leer o soñar...

¿Véis lo que digo? He tenido que interrumpir este post para atender la llamada de uno de mis hijos.

CONTINUO:

Tal vez he protestado a menudo por ello, pero hoy que decidí hacer balance de mi vida, tengo que dar gracias porque sé que mi pasar por este mundo no ha sido egoista, porque sé que di todo lo que Tú, mi Dios, me diste a mí.Es verdad que a veces me he lamentado de tristezas o nostalgias y quizás por eso alguien en este mundo blogger,de manera poco acertada dijo que yo andaba hambrienta de cariño. Eso no me ofende porque no hay nada más lejos de la verdad. En primer lugar, porque son las personas que no saben dar cariño desinteresadamente las únicas que se encuentran faltas de él y en segundo lugar porque, en mi caso, lo estoy recibiendo multiplicado por mil.

Otros queridos amigos, cuando me han adivinado metida en morriñas, presurosos acudieron a darme ánimo y a recordarme todo lo que tengo a mi lado, no solo de familia, sino también de amistades. Hoy quiero decir a todos, en esta acción de gracias, que cuando esos ramalazos de tristeza suben a la superficie de mi alma son algo inherente a mi condición sentimental que nunca está en plenitud, pero no porque le falte algo, sino porque su capacidad de sentir nunca se llena, como suele suceder en el que ha hecho de la escritura su medio de expresión, su medio de abrirse al mundo.

Lo que siento en ocasiones es semejante a lo que me ocurre en la contemplación del mar. No hay nada que me llene tanto como pasar las horas mirando ese incesante ir y venir de las olas, esa inmensidad de agua y marea que nunca tiene fin. me seduce, y colma mis deseos, al mismo tiempo que me frustra al no poder abarcarlo por completo con mi mirada, cercarlo con mi abrazo, hacerlo mío con una caricia o un beso. Y el mar se me escapa porque es inacabable, como se me escapa el ansia que siempre llevo en el corazón, que nunca se colma del todo porque tú y yo sabemos que no se puede colmar, porque es la certeza más absoluta de la existencia de ese algo o alguien, más allá de lo humano o material que algun día nos dará la plena satisfacción.Mi nostalgia, mi añoranza nunca ha sido ni es fruto de carencia alguna de calor o cariño humano, siempre lo tuve y tengo a raudales, por lo que hoy he querido dar gracias, desde estas líneas, a todos los que me han hecho disfrutar de ese amor superior a cualquier goce material, tanto a mi extensa familia como a amistades presenciales y blogueras. Y sobre todo gracias a Dios que me lo ha proporcionado de manera portentosa.

Finalmente gracias a un poeta andaluz que supo definir la poesía como nadie antes lo había hecho, cuando dijo que formaba parte de su fe cristiana. Gracias a José María Pemán porque al cabo de los años me ha hecho descubrir la causa de mis tristezas pasajeras al decirle a Dios:

(...)"Tu amor lo he conocido
por esta sinrazón de mi tristeza."

Termino ya dando las gracias a todos, por ese amor y amistad con que siempre me habéis arropado y en ese todos estáis los que deséis incluiros. Vuestros nombres están grabados uno a uno, también el de quien ya no quiera ser mi amigo, en mi corazón.