lunes, 1 de junio de 2009
NO REMEMOS SOLOS
La vida se te hace y se me hace muy dura cuando nos empeñamos en vivirla solos. Y no me refiero a no tener a nadie al lado, sino a ese esfuerzo cotidiano para sacar el día adelante. Es verdad que existen personas treméndamente fuertes que con sólo su empeño consiguen todo lo que se proponen, pero otras somos más debiles y si algo se tuerce nos declaramos insolventes para sacar a flote la empresa más importante y fructífera de nuestra vida. La realidad es que en ese vivir hacia adelante nunca estamos solos y, por mucho que lo de alrededor nos absorba, hay que mirar hacia dentro, donde se encuentra la energía que necesitamos para construir una vida con la que puedan contar los demás; los que de nosotros dependen y aquellos otros que nos puedan necesitar de puertas afuera de nuestro hogar y con los que nos unen lazos espirituales y humanos.
¿QUÉ VAS A ENCONTRAR DENTRO DE TÍ?
Lo primero, esa luz que necesitas para discernir lo que en verdad es importante para tí y para los tuyos. Vas a decirme que eso ya lo sabes: la casa tiene que estar ordenada y limpia, la ropa lavada y organizada, la comida en su punto y el trabajo de la oficina perfecto... Y esto vale para hombres y mujeres. Lo digo porque sé que algunos de mis yernos cocinan y planchan mejor que mis propias hijas. Por supuesto que todo eso es imprescindible hacerlo y hacerlo bien, pero si te falta y me falta la paz; si no hay una sonrisa fruto de una vida interior saludable y confiada en Dios, habrás realizado una obra material imponente sí, pero que cualquier soplo de aire puede derrumbar como a un castillo de naipes o una torre de babel que no llega a ninguna parte y que el viento más ligero destruye.
Lo material, para un cristiano, tiene que estar cimentado en una intensa vida espiritual de relación con Dios, donde todo esfuerzo físico se sublimiza y adquiere una dimensión infinita que te lleva a realizar todo, lo grande y lo pequeño, como en volandas, sabiendo que si algo queda por hacer no es por dejadez o descuido, sino porque la capacidad del hombre tiene un límite o porque los imponderables también son cosas de Dios. Darse cuenta de esto, valorar lo imprescindible, lo importante de nuestra actividad, forma parte del Don de Ciencia del Espíritu Santo que acaba de descender a nuestro propio espíritu.
NO ESTAMOS SOLOS EN LA LUCHA
Saber que en ese vivir cotidiano no estamos solos que podemos y debemos apoyarnos en la fuerza interior que se desprende de nuestra unión con Dios, es la unica medicina curativa para las dolencias del alma. Dolencias que cada día aumentan en nuestra sociedad. Intentar navegar en solitario contra viento y marea, es pilotar nuestra nave, con toda la tripulación a bordo, abocándola al naufragio o a un puerto equivocado que nada tiene que ver con la singladura trazada de antemano.
Así decía Santa Teresa:
""El Espíritu Santo, como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad que lo que nosotros habríamos conseguido en meses y años remando con nuestras propias fuerzas"
Aprovechemos este Pentecostes recien llegado, para pedir al Espíritu Santo que reme con nosotros, nos ilumine, guie, fortalezca e inflame en el amor a Dios y a los hombres en cada paso de nuestra vida.
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4 comentarios:
Reveses y amarguras me lanzaron
a la sima sin fondo del dolor
mas puse en Dios mi pensamiento limpio
y mi penar cesó.
(Últimos versos de un poema de mi padre)
Tendríamos que poner más en Él nuestro pensamiento y el bogar sería menos duro.
Un beso, Militos.
Que buen post. animoso y con fuerza. Así me gusta verte, exultante y llena del espíritu, bogando mar adentro sin importarte tempestades, ni ascensores. Los ángeles mismos te han de subir al quinto piso si hace falta. Buen viaje de vuelta, cuenta con la rezadita.
BESOS DE PENTECOSTÉS.
Mami, jeje, más de una va a darse por aludida y, no sé yo, jeje.
Esto, que es para todos, te lo dedico especialmente a ti:
http://kelitos69.blogspot.com/2009/06/y-sigo-un-millon-de-gracias.html
solos nunca.... siempre contigo.. gracias por estar...
un beso grande!
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