BAJO CONSUMO

HOY me he llevado una gran alegría, sí señor, un poco tarde según lo prometido, pero ha llegado en buen momento. Sabido es que estos comienzos de curso para los que aún tenemos estudiantes en casa, llevan consigo una serie de gastos que dejan el bolsillo no ya vacío, sino endeudado. Libros, material escolar, nuevo equipamiento y lo que es peor, ropa de abrigo  mucho más cara.

Viene a mi recuerdo el primer traslado a Madrid, después de los primeros quince años de vida matrimonial destinados en San Fernando, y con el noveno hijo en puertas; también era septiembre:

matrículas escolares, (no se había inventado eso de los colegios concertados) uniformes nuevos, libros y demás... Aquello fue un desvarío total, económico y psicológico, pero sobre todo, lo que descabaló del todo el presupuesto familiar fue la adquisición de golpe y porrazo, de dieciseis  abrigos (de uniforme y de paseo) para ocho chiquillos de todas las edades, menos mal que el noveno se encontraba bien calentito a la espera de tres meses para nacer. Cómo lamenté entonces no seguir en la llamada ISLA gaditana, donde era innecesaria esa prenda y los niños con simples chaquetitas o jerseys tejidos en el seno familiar, pasaban sin frío todo el invierno.

Oh... aquellos años donde el PC dormía el sueño de los inventos tardíos y las madres cubríamos las tardes invernales tejiendo y rezando mientras la lana se pasaba con arte de aguja a aguja. Teóricamente lo añoro, ahora sería incapaz de cambiar la pantalla y el teclado por aquellas filigranas que salían también de las manos. Rezar no lo echo de menos pues gracias a la lentitud y fallos de la conexión casi rezo tanto como antes.

Dejemos la añoranza y prosigamos con la alegría que quiero participaros y que me ha proporcionado el tan injustamente denostado gobierno, es de justicia reconocer lo que hace bien.

Por fin esta mañana de septiembre, de comienzos del curso 2010/11, hemos recibido la grata sorpresa de 3 impresos, 3, para recoger en correos las famosas bombillas de bajo consumo, feliz idea de Miguel Sabastián. No puedo con la emoción, delante mía las tengo y no paro de contemplarlas, bien visibles para que todos las vean. Sin embargo tengo un pequeño problema, he recorrido toda la  casa y no encuentro lámpara apropiada para colocarlas. Si ya decía yo que nos estábamos quedando atras en decoración de interiores. Ganas me dan de echarme a llorar, todas las lámparas son anticuadas y no hay manera de encajar estos adelantos modernos.

En fin, tampoco hay que desanimarse, Zapatero dice que  estamos remontando, así que, en cuanto pase esta crisis de nada, que me lleven a IKea, seguro que allí encuentro la solución para aprovechar al máximo este maravilloso regalo del gobierno de España.  No voy a ser mal pensada y creer que este dispendio de bombillas de bajo consumo se ha hecho para incentivar el  alto consumo,  de lámparas y accesorios acorde a las bombillitas.

DE  TODAS  FORMAS, SEÑOR MINISTRO, GRACIAS  POR  SU 

BUENA  INTENCIÓN