Amigos: En la playa estoy, pero no esperéis que escriba de nada ni un post ni un poema ni nada... Me encuentro lejos de ese rinconcito de Madrid que tengo para mi sola. Aquí no estoy sola y la soledad es imprescindible para escribir. La soledad de a dos no es soledad, sobre todo si el UNO, yo soy el dos, es de habla costante y habla que siempre requiere contestación, aunque sea un simple monosílabo: Si, no, bien, claro...
Esto de la soledad lo escuché un día a dos grandes filósofos actuales, Agapito Maestre y Albiac, me adherí a ellos totalmente, hasta tal punto que llegué a la conclusión de que no se puede escribir más que desde la soledad. "La escritura y el habla se contraponen", dijeron ellos. Es verdad que esto tiene un precio, pero todo lo que vale cuesta y conseguir estar solo es un auténtico lujo. No se trata de un aislamiento egoista, de que me dejen en paz con sus problemas que ya tengo bastante con los mios, precisamente en ese espacio de soledad es donde se puede encontrar la autenticidad de uno mismo, enfrentarse con el yo más escondido. Y desde ahí vienen los demás encuentros, el encuentro con Dios que no está en la abundancia de palabras y el encuentro con los demás para amar, para ayudar, para acompañar, para gastarse en el servicio al prójimo. Lo malo no es estar solo, sino sentirse solo.
La soledad física en determinados momentos es necesaria, las grandes creaciones de arte, literatura, ciencia, música... se han hecho en la más estricta soledad.. He de reconocer que algunas personas hemos nacido para estar solas, lo malo es que nos dimos cuenta demasiado tarde, con diez hijos, dieciocho nietos... JAJA...y soy feliz por ello, pero eso de tener que escirbir avasallada por preguntas, relatos, consejos o reproches, exige un gran esfuerzo y no se lo aconsejo a nadie. Aunque la soledad tenga mucho que ver con el espíritu, también es necesario estar, de vez en cuando, materialmente solo porque propicia la creatividad en arte para el artista, en poemas para el poeta, en música para el que nació músico, promueve a la oración, a los propósitos. Tampoco es necesario volverse un ermitaño o encerrarse en una clausura para encontrarse con Dios, pero el que esté llamado al monte o a la clausura difícilmente podrá hacer silencio en medio del mundo, otra cosa es los llamados a la contemplación en ese batiburrillo del mundo.
Como véis, me ha sido imposible escribir nada esta mañana, perdonarme, tal vez en la soledad de la madrugada pueda hacerlo.
AHORA, LO QUE NO PUEDO SOPORTAR ES ESTA SOLEDAD DE INTERNET A LA QUE ME HE VISTO SOMETIDA ESTOS CUATRO DÍAS POR FALTA DE CONEXIÓN.
8 comentarios:
Hola, no estás sola, estoy aquí, virtualmente hablando, nunca mejor dicho, jajajajajaja. Un abrazo.
Bom dia!! Muito lindo!!!
Carla Fernanda
ALELUYAAAAAAAAAAAAAAAAAA. Muy bienvenida walkiria de mis amores, no sabes lo muy solito que me he sentido sin tiiii, estas si que son soledades. BESIÑOS ALEGRES, MUY ALEGRES.
A mí me parece que la soledad te inspira muchas cosas y muy buenas y como dices creo que es necesaria en muchos momentos. Siempre he pensado(y cada vez más) que ese anhelo de ella corresponde a nuestra sed de lo más Trascendental.El amor que está en Dios y que parece descubrimos a trocitos. Un beso fuerte y disfruta de esoso momentos solitarios.
Me encanta que descanses y luego del veraneo general, con el tiempo aún lindo, es muy reparador.
Besos
Pues para estar en compañía, te ha salido una reflexión interesantísima.
Bienvenida!
Madre mía!!! jejeje, ya imagino el número, ya lo imagino!. Cómo me alegro de que, por fin, hayas podido escribir sobre la soledad que tanto añoras y en compañía de papá, jejeje. Todos os echamos mucho de menos ya pero, disfruta, que te lo mereces!. Besiños!!!
Tú, querida Militos, el descanso y la tranquila soledad te la tienes muy bien ganada, pero a nosotros nos tienes castigados con ella.
Disfrúta y dale un abrazo a mi Coronel y dile que siempre A.S.O.
Un beso.
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