CONFESIONES DE UN 76 CUMPLEAÑOS

 

 

Parte de mi familia y yo, recreada por Arcendo en esta preciosa composición.

Un millón de gracias, querido amigo

 

Señor: gracias porque ayer cumplí un año más, bajo los brazos abiertos de mi Virgen Milagrosa, la que me vió nacer y cuyo nombre bendito eligieron mis padres para mí.

 

Gracias por toda la trayectoria de mi vida, la verdad es que nunca hubo en ella grandes conversiones ni convulsiones porque siempre has estado conmigo, desde aquellos Ejercicios Espirituales, a mis 13 años, en el colegio, donde te encontré de manera muy especial.

Gracias, Señor, porque me has llevado de la mano dulcemente, aunque he tenido épocas de dolores y sufrimientos muy fuertes, ahí estabas tú, agarrándome para que no desfalleciera y superase las pruebas que incidían en lo más querido por mí.

Hoy estoy llorando porque siempre has sido mi fortaleza y te doy gracias, Señor, porque no hubiese podido soportar esta vida sin tí y sin el apoyo de  personas que en tu nombre me ayudaron. Es verdad que ráramente escuché tu voz en directo, pero he sido dócil a lo que de tí através de ellas me llegaba. No puedo enorgullecerme de nada, todo ha sido obra de tu Amor, tu Misericordia y tu Gracia.

 

Ahora, Señor, que los años han dolorido mi cuerpo por todos sus huesos, no puedo gastar más energías que las que me das cada día, con ellas  quiero seguir sirviéndote en la medida que Tú dispongas. Sabes que me gustaría gastarme por tí en grandes misiones, pero ya no puedo, por eso  estoy aquí, en mi casa, entre mi familia, en todo lo que está a mi alcance y medida segun tu voluntad, haciéndolo por amor a tí y a los demás para que en mis actos te vean y te amen.

 

En este nuevo cumpleaños te ofrezco lo que me quede de vida, con su afán y este cuerpo que cruje por todas sus aristas, por todos los que amo que son muchos de parentesco y de hermandad en ti, sin olvidarme de los que me has acercado  con los blogs y que día a día me demuestran tu existencia por ese amor y amistad que nos une sin hacerse visibles, como Tú, mi Dios, al que no veo, pero amo por encima de todas las cosas; tampoco a ellos veo, pero siento su calor  su cariño, su presencia, muy directamente en los buenos y malos momentos, de la misma manera que yo lo siento por ellos.

 

Señor te pido perdón por todo lo que en este año te haya ofendido, también de las omisiones que me han pasado inadvertidas.

Te doy gracias por haber llegado hasta aquí, por lo bueno y lo malo de mi vida.

Te pido ferviéntemente por todos los que, desde las redes, son mis amigos y en especial por los  blogueros a los que intimamente más  unida estoy,  que tanto bien están haciendo en este mundo tan complicado que nos ha tocado vivir.

 

Y, sobre todo, te ruego con intensidad nos ayudes a trabajar este Año de la Fe, convocado por el Papa, con  espíritu renovado y entrega total a avivar todos  corazones, aún los más cerrados,  para que se abran a tí, por lo que pedimos tu asistencia y gracia infinita.

 

Concédenos que este Año de la Fe sea para todos el de tu PRESENCIA  en el mundo, para lo que te ofrecemos nuestro trabajo y nuestra oración constantes.

 

Con mi agradecimiento, de todo corazón, a cuantos me han felicitado en el blog y en Facebook