PRIMER ANIVERSARIO DEL CAPITÁN

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Queridos tercios blogueros, como sabéis, hoy se cumple un año del fallecimiento del Capitán, de su propia resurrección a la VIDA. Su hueco nadie lo llena, muchos le echamos de menos, algunos aún hasta las lágrimas, es humano, aunque nuestro corazón y nuestra mirada se vuelva a Dios Padre para agradecer ese maravilloso tiempo que nos prestó con  su amistad y su luz. Una luz que iluminaba no sólo el camino de los blogs en sentido material, sino también el personal. Necesitamos dar gracias sobre todo   por ese arte que tenía para reconducirlo todo, hasta lo más insignificante, a Dios.

 

Precisamente hoy, no puedo escribir sobre Arcendo porque no quiero desbordarme en sentimientos, sé que lo haría. Pero otro amigo especial me ha enviado las imágenes que ilustran este post para que las publique en De Dentro, tan expresivas que no hace falta añadir nada más.

 

 Hoy rezaremos mucho y pediremos que nuestras oraciones, por su alma y sus intenciones, recaigan sobre su querida familia,  podemos imaginar sus sentimientos y dolor en este día.

Guadalupe, su mujer, sabemos que, por lo que escribe cuando puede en La Hoja del Arce, está luchando con la fuerza de la FE y con una entereza admirable para sacar a flote el navío  que se quedó sin Capitán, aunque el rumbo lo dejó él muy bien trazado y desde lo alto será la Rosa de los Vientos que siempre guiará su navegación a buen puerto.

 

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Los nombres de las hojitas desprendidas de la de Arce se han tomado de los comentarios

que algunos seguís dejando en La Hoja del Arce.

 

Las dos imágenes son obra de MIGUEL, del blog Pastores según mi corazón, que su enorme generosidad me las ha enviado para este blog.

Muchas gracias, Miguel, por este homenaje a nuestro querido, inolvidable Capitán.

 

 

También quiero pediros una fuerte oración por este gran amigo, Miguel, ya que hoy lunes va a ser sometido a una delicada y arriesgada intervención. Nuestra amistad  comenzó precisamente en el funeral de Arcendo  y doy gracias a Dios y al propio Arcendo por este regalo inesperado.

 

 

Antonio Arce, ahora que lograste ver el rostro de Dios,

 

ruégale por nosotros, lo necesitamos mucho.