Mi recuerdo y mi oración de hoy han sido para él, porque se lo debo desde mi infancia, desde que mi padre me llevaba de la mano, cada año, a los desfiles del 1 de abril, donde se conmemoraba el fin de la Guerra del 36 (año en que nací yo), que nadie quisiera volver a vivir y el comienzo de la PAZ para España, una paz que duraría cuarenta años.
El mejor homenaje que se le puede rendir es volver a leer su testamento
«Españoles:
Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el nombre de Cristo me honro, y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir. Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que aquellos que lo fueron de España, a la que amo hasta el último momento y a la que prometí servir hasta el último aliento de mi vida, que ya sé próximo.
Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación, en la gran empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra patria os pido que perseveréis en la unidad y en la paz y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis, en todo momento, el mismo apoyo de colaboración que de vosotros he tenido.
No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.
Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los umbrales de mi muerte,
"¡Arriba España! ¡Viva España!".»
Si a alguien le parezco facha que le vamos a hacer, pero sólo sé lo que España, mi familia y yo hemos vivido
2 comentarios:
Sí, Militos, sí, cuánto lo echo de menos. Mi padre le quería mucho, mi infancia y adolescencia las viví con él, y lo que se vive, permanece. Paz, horizonte para todos (conviví con muchas personas de otras ideologías y a nadie se le perseguía, todos cabían), lo viví y lo vi; por mucho que nos quieran confundir, es igual, no "cuela". Tanta mentira que nos tratan de decir...
Sí, Militos, lo siento exactamente así...me da igual esto de facha,le agradezco lo que hizo por España, ¿dónde hubiéramos acabado? Las colectivizaciones eran un hecho en la zona republicana, la persecución y asesinatos a los miembros de la Iglesia...nos salvó de caer en el comunismo, y lo demás, son "zarandajas" para "anestesiarnos" con mentiras. Con la perspectiva de ahora, vivida también, ¿qué se pude argumentar?, creo que no hace falta nada más que mirar alrededor.. Callad, mirad y sacad conclusiones, si es que podéis sacar conclusiones de una de las mejores épocas de la Historia de España...
Un beso, mi querida amiga. Y sí ¡¡¡Viva España!!!,siempre.
Querida Rosa, cómo me alegro que lo sientas como yo y sobre todo, viendo el panorama de hoy te das cuenta de lo que España le debe.
Llegará algún día en que la Historia lo reconocerá.
También estos días echo de menos a quien tu sabes porque muchas veces publicó con justicia sobre él.
Besiños, querida amiga.
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